Berlín en tres días

¿Vas a visitar Berlín en tres días y no sabes por dónde empezar a organizar tu ruta? Pues has llegado al sitio adecuado :) En este itinerario hemos incluido los lugares más famosos de Berlín y algunas recomendaciones propias de restaurantes y sitios menos turísticos para que aproveches tu estancia en la ciudad sin perder tiempo.

Itinerario para ver Berlín en 72 horas

Seguro que te has preguntado si tres días serán suficientes para conocer Berlín: con nuestra ruta Berlín en tres días verás que es posible ver todos los puntos de interés principales de la ciudad y algo más sin agobios y disfrutando el viaje. ¿Quieres verlo?

Día 1 – Alexanderplatz, un barrio histórico… y algo más

Vamos a comenzar nuestro primer día en Berlín en su plaza más icónica: la famosa Alexanderplatz, epicentro del Berlín soviético durante la época de división de la ciudad; después tendremos tiempo para visitar el barrio más antiguo de la ciudad e incluso para recorrer alguno de sus principales museos.

Mañana

Si vamos en metro, debemos bajarnos en la parada Alexanderplatz (línea U8).

  • Una vez salgamos, podemos hacer nuestra primera toma de contacto con Berlín paseando por la plaza, cuyo mayor atractivo es la Torre de Televisión, reconocible desde casi cualquier punto del centro de Berlín (aparte de un montón de tiendas, varios centros comerciales y restaurantes de cadenas internacionales, la plaza no tiene gran interés más allá de su valor histórico). Si no has desayunado, te recomendamos hacerlo en la cafetería en la última planta de la Galería Kaufhof; tiene muy buenas vistas.
  • Valora si quieres subir a la Torre de Televisión (aunque el precio es bastante elevado, las vistas desde su plataforma superior son muy buenas en días despejados, pero… falta la Torre de la Televisión), ya que suele haber largas colas de acceso, sobre todo en temporada alta.
  • Una alternativa mas económica es la terraza del hotel Park Inn, situado justo frente a la Torre de Televisión. Por solo 4 € tendrás unas vistas igual de buenas que, además, incluyen la Torre de Televisión. Eso sí, te aconsejamos subir a primera hora de la mañana o ya por la tarde, pues a mediodía el sol da de frente y no te permitirá hacer buenas fotos.
  • Desde Alexanderplatz puedes caminar hasta la cercana Fuente de Neptuno (parada obligatoria sobre todo si viajas con niños, pues les encanta trepar por las esculturas de la fuente). Justo enfrente verás la St. Marienkirche, una iglesia con una arquitectura interesante, y un poco más allá, el edificio inconfundible del Ayuntamiento Rojo (Rotes Rathaus).
  • Desde aquí puedes adentrarte en el Marx-Engels Forum, el parque donde se encuentra la estatua de Marx y Engels, y que se encuentra especialmente bonito durante el otoño.
  • Frente al parque verás un puente tras el que se divisa la silueta de la Catedral de Berlín, y que ofrece una preciosa vista desde su barandilla. Bajando unas escaleras junto al puente tienes el Museo de la RDA (Karl-Liebknecht-Str. 1). No es una visita imprescindible pero sí amena (y no lleva demasiado tiempo) si te apetece ver de cerca algunos de los objetos cotidianos más curiosos de la época del Berlín soviético. La exposición es interactiva e incluye la reproducción de un apartamento familiar típico de esa etapa.

  • Si a estas alturas ya tienes hambre, te damos dos opciones para comer: la rápida es que eches mano de alguno de los vendedores ambulantes de salchichas que hay por esta zona; por poco más de un euro tendrás una rica bratwurst con pan con la que matar el gusanillo y seguir aprovechando el tiempo para hacer turismo. Si prefieres comer con tranquilidad, puedes acercarte paseando hasta Brauhaus Georgbraeu (Spreeufer, 4), un restaurante típico alemán con buenos precios, que no cierra a mediodía y que sirve un codillo para chuparse los dedos.

Tarde

Para pasar la tarde del primer día tenemos dos alternativas bastante cercanas a pie:

  • Perdernos por el barrio histórico de Nikolai (donde se encuentra el restaurante que te hemos recomendado arriba). Se trata de una zona sin grandes monumentos pero muy bonita, con tiendas pequeñas y acogedoras (no te pierdas la tienda navideña ni la dedicada a los osos de peluche frente a la iglesia, Teddy’s) y una arquitectura tradicional que nos traslada al Berlín del siglo XVIII. Como visitas interesantes, echa un vistazo a la iglesia (Nikolaikirche), a la Knoblauchhaus (Poststraße 23), que está justo enfrente y es gratis (se trata de la casa-museo de una familia de burgueses del XVIII) y al Ephraim-Palais (Poststraße 16), un palacete del siglo XVIII. Para merendar no te pierdas, justo frente a la iglesia y al lado de la tienda de ositos, los gofres caseros ni la Apfelstrudel -tarta de manzana- de Back Palace.
  • Visitar la Catedral de Berlín (si hace buen día, te aconsejamos subir a la cúpula para disfrutar de una panorámica del centro a 360º, pero prepara las piernas para subir escalones). Si te sobra tiempo tras la visita a la catedral, acércate a ver alguno de los museos de la Isla de los Museos. Anota como imprescindibles el Museo de Pérgamo, que alberga grandes monumentos de la Antigüedad como el Altar de Pérgamo o la Puerta de Ishtar, y el Museo Nuevo, donde se encuentra el busto de Nefertiti. Si tu visita coincide con un jueves, puedes disfrutarlos hasta las 20:00 horas en lugar de hasta las 18:00 como el resto de la semana.

Si optas por el primer itinerario, no te preocupes: tendremos tiempo más adelante para visitar los museos.

Y si aún tienes ganas de más, a 10-15 minutos a pie desde la Alexanderplatz encontrarás uno de los lugares con más rollo de Berlín: Haus Schwarzenberg, un patio cerrado en Rosenthaler Strasse 39, lleno de graffitis y farolillos. Junto a él, en el número 40, los Hackesche Höfe, otro conjunto de patios de estilo modernista y que también tienen cierto encanto, con tiendas y cafés y una arquitectura muy particular, como el Endellscher Hof, decorado con azulejos de colores, obra del arquitecto August Endrell y que acoge el teatro Chamäleon.

  • Para cenar, si no pudiste disfrutar a mediodía de la cocina típica alemana, te aconsejamos reservar mesa en Zur Letzten Instanz (en Waisenstrasse 14-16, a 10 minutos a pie desde Alexanderplatz). Es uno de los locales más antiguos de Berlín, y dicen que uno de los que sirven el mejor codillo, pero suele estar muy lleno y es mejor ir con reserva.

Día 2 – Checkpoint Charlie, Puerta de Brandeburgo y el mejor ramen de Berlín

Hoy vamos a conocer otra cara de Berlín; la del Berlín de posguerra y la del Berlín de los grandes monumentos, pues recorreremos algunos de los lugares más emblemáticos de la capital alemana. ¿Empezamos?

Mañana

  • Comenzamos la mañana visitando el paso fronterizo más famoso de Europa: el Checkpoint Charlie (Friedrichstraße 43-45). Para llegar, debemos coger el metro hasta Kochstraße (línea U6). Ver el Checkpoint Charlie no te llevará más de 10 minutos, pues poco queda ya de aquellos tiempos en que por él cruzaban militares y diplomáticos de un lado a otro de la ciudad. Si quieres profundizar en la historia de estos días, junto al paso encontrarás el Museo del Muro del Checkpoint Charlie, aunque no lo consideramos una visita imprescindible (la exposición es muy desordenada y difícil de seguir).

Si te interesa la historia judía, a unos 10 minutos a pie desde aquí tienes el Museo Judío (Lindenstraße 9-14).

  • Desde el Checkpoint Charlie continuaremos caminando por Zimmerstraße hasta llegar a Topografía del Terror (Niederkirchnerstraße 8) una exposición gratuita y muy interesante que nos acerca a los instrumentos políticos y militares utilizados por los nazis para instaurar el terror, como las SA y las SS: situada junto a uno de los pocos fragmentos de muro aún conservados, incluye testimonios personales, fotografías de la época e información muy completa sobre aquel período.

Si viajas a Berlín con niños, poco antes de llegar a Topografía del Terror verás la entrada al Weltballon Berlin (Zimmerstraße 95-100), un globo aerostático al que podéis subir para contemplar las vistas sobre la ciudad.

  • Cuando termines de visitar Topografía del Terror, continúa hacia Potsdamer Platz, a unos 15 minutos a pie. Por el camino, en una de las calles a mano derecha, encontrarás una antigua torre de control soviética (puedes entrar y subir si lo deseas).
  • La Potsdamer Platz es hoy una plaza de grandes rascacielos sin mayor interés, salvo por ser escenario de la famosa Berlinale, por un par de fragmentos del muro que conserva en su centro y por Panoramapunkt, la terraza panorámica situada en la Torre Kollhoff. Subir es económico (su ascensor es el más rápido de Europa) y si el día está completamente despejado, tienes unas vistas estupendas de Berlín -si está nublado no merece la pena subir-.

  • Si ya te ha entrado hambre, aprovecha para comer por la plaza, donde encontrarás infinidad de restaurantes y locales (por ejemplo, en el piso inferior de la Potsdamer Platz Arkaden).

Tarde

  • Desde la Potsdamer Platz continúa caminando por Ebertstraße unos 10 minutos. A mano izquierda verás el Tiergarten, el parque más céntrico de Berlín. Puedes darte una vuelta por aquí o seguir hasta encontrar, a mano derecha, el Memorial del Holocausto (Monumento a los judíos de Europa asesinados), inconfundible por sus cientos de bloques grises de hormigón.
  • Junto a él ya habrás reconocido la imagen más fotografiada de Berlín: la Puerta de Brandeburgo. Aprovecha para hacerle unas fotos antes de cruzar hasta el Reichstag, que se encuentra muy cerca.
  • Si tienes interés en visitar el parlamento alemán por dentro para poder subir a la cúpula, no olvides reservar la visita con antelación tan como te explicamos en nuestro artículo sobre el Reichstag.
  • Visto el Reichstag, puedes dar un paseo por el Tiergarten si hace buen tiempo, llegando hasta la Columna de la Victoria o visitando el Monumento a los Soldados Soviéticos. También puedes dar un paseo en dirección contraria, atravesando la Puerta de Brandeburgo, hasta alcanzar la Gendarmenmarkt, sin duda una de las plazas más bonitas de Berlín con sus dos catedrales a cada lado y el gran edificio del Konzerthaus en medio. Muy cerca tienes la Friedrichstraße, una de las principales avenidas comerciales de Berlín, donde se encuentran las Galerías Lafayette (sí, como las de París) entre otras muchas tiendas. Si te entra la vena golosa, muy cerca de Gendarmermartk tienes Rausch Schokoladenhaus (Charlottenstraße 60), considerada una de las mejores chocolaterías de Alemania.

  • Para cenar por el centro de Berlín queremos hacerte una recomendación especial (sobre todo si ya alcanzado tu límite de ingerir salchichas): se trata de Cocolo Ramen Mitte, una pequeña taberna japonesa -pero japonesa de verdad- donde sirven en barra uno de los mejores ramen que hemos probado. Deja sitio para el postre: hay helado de té matcha. Está en Gipsstraße 3, y aunque veas un poco de cola cuando llegues, ten paciencia: va rápido y merece la pena.

Día 3 – Muro de Berlín, compras y un poco de turismo alternativo

Seguro que a estas alturas del viaje echabas algo en falta… sí: hoy vamos a conocer el muro de Berlín (o lo que queda de él). Para ello debemos acercarnos hasta la llamada East Side Gallery, el mayor tramo de muro conservado en la ciudad.

Mañana

Para llegar tenemos que coger el tren hasta la estación de Ostbahnhof (líneas S3, S5 y S75) o metro o tren hasta la de Warschauerstraße (líneas S3, S5, S75 y U1). La primera opción es más sencilla y llegaremos antes hasta el viejo muro (no tiene pérdida: sigue a la multitud cuando salgas de la estación).

  • Al llegar a la East Side Gallery puede que te lleves una desagradable sorpresa, y es que buena parte del muro está protegido con una verja. Pero… ¿cómo? ¡Yo he visto fotos de turistas junto al muro y no había ninguna verja! Pues sí, tristemente, a causa de los actos vandálicos que han destruido muchos de los murales, el ayuntamiento ha optado por cubrir algunas de las pinturas más famosas para protegerlas. Así que tendrás que hacerte la foto reja de por medio, o colar el objetivo de la cámara por alguno de los huecos. A pesar de todo, es un lugar histórico y hay que verlo.
  • Cuando termines de recorrer el muro (te llevará una hora como mucho), puedes cruzar el Puente de Oberbaum sobre el río Spree para sumergirte en uno de los barrios con más vidilla de Berlín: Kreuzberg.

  • Barrio hipster por excelencia, merece la pena darse una vuelta por Kreuzberg y comerse una hamburguesa en Burgermeister, un puesto situado bajo las vías del tren, junto a la estación de Schlesisches Tor. Es un local icónico de Berlín, y aunque se pueden comer mejores hamburguesas en la ciudad, estas son sabrosas, económicas y entran muy bien después de una mañana caminando. Otra opción es acercarse a probar los famosísimos Schnitzel de Sheers Shnitzel (en Warschauer Strasse, a diez minutos caminando desde la East Side Gallery).

Tarde

Con la barriga llena, vamos a disfrutar de nuestra última tarde en Berlín con varias alternativas:

  • Coge el metro en la estación de Schlesisches Tor hasta Wittenbergplatz (es línea directa, unos 15 minutos). Al bajar busca el enorme edificio de estilo industrial que alberga las Galerías KaDeWe; son el centro comercial más famoso de Berlín y un buen sitio si quieres aprovechar para hacer algunas compras. Si te quedaste sin postre, en el buffet de la última planta encontrarás unas tartas caseras de dimensiones titánicas a las que hincarles el diente con la excusa de que es el último día del viaje. En esta zona se encuentran también la entrada al zoo de Berlín y al acuario, por si viajas con niños y os apetece pasar un rato más relajado. A un paseo corto desde allí tienes la Iglesia Memorial del Kaiser Guillermo, que reconocerás rápido por su torre partida. Frente a ella, otro centro comercial interesante para los amantes de las compras, el Bikini Berlin; tiene muy buenas vistas desde la terraza, donde puedes contemplar a los monos del zoo de Berlín. Las tiendas están especializadas en diseñadores alemanes, por lo que es un sitio algo más especial donde ir de compras. Y es que esta zona alienta al consumismo: estás en Kurfürstendamm, la calle de las tiendas por excelencia. Una de las más especiales (justo a la salida del metro Kurfürstendamm), es la tienda navideña Käthe Wohlfahrt, un auténtico paraíso para los que presumen de espíritu navideño: aquí encontrarás durante todo el año objetos para decorar el árbol o la casa, calendarios de adviento de lo más original, juguetes, bolas de Navidad y todo lo que se te ocurra para celebrar estas fechas.
  • Si te dejaste algún museo en el tintero que no quieras dejar sin ver, ve hasta la estación de Friedrichstraße y camina hasta la Isla de los Museos. Si no sabes cuál elegir, echa un vistazo a nuestro artículo sobre la Isla de los Museos de Berlín. Si el primer día ya visitaste el Museo de Pérgamo o el Museo Nuevo, nosotros te aconsejamos escoger el Museo Bode, pues ya solo el edificio por dentro es impresionante.
  • Si lo que te apetece en tu último día en Berlín es, simplemente, disfrutar sin obligaciones turísticas y saborear tus últimas horas en la ciudad, acércate hasta el barrio de Prenzlauer Berg (metro Bernauer Straße, línea 8) y recorre la Oderbergerstrasse, con sus tiendas de muebles de la RDA y sus cafés con terraza; pasea por el Mauerpark (si es domingo, puedes ver su mercadillo) o visita el complejo de Kulturbrauerei, uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial de Berlín que hoy alberga tiendas y restaurantes. Si hace frío, merienda un chocolate calentito con tarta en la cafetería Anna Blume (Kollwitzstrasse 83); si es verano, acércate a por un helado a la pequeña Helmholtzplatz o tómate algo frío en Wohnzimmer, en la misma plaza, sentado entre muebles de la antigua RDA (Lettestrasse 6). Para cenar, las opciones aquí son muchísimas: Konnopke’s Imbiss (Schönhauser Allee 44b), local que presume de haber servido el primer currywurst; The Bird (Am Falkplatz 5), para comerte una de las mejores (¡y mayores!) hamburguesas de Berlín; el Café Liebling (Raumerstrasse 36a), perfecto para los amantes de la decoración nórdica y con buenas tapas alemanas o el Prater Biergarten, el biergarten más antiguo de Berlín (Kastanienallee 7), perfecto en los días soleados para comer al aire libre.