La East Side Gallery de Berlín es el mayor tramo del antiguo muro conservado en la ciudad a día de hoy. Situada entre los barrios de Friedrichshain y Kreuzberg, en la en la Mühlenstrasse y junto al río Spree, parece que la East Side Gallery se extiende medio olvidada por los propios berlineses, único testimonio real de la existencia del muro durante más de veinte años, testigo de un pasado que probablemente no les apetece revivir.
Aún así, los turistas se ven atraídos por este lugar en el durante algo más de un kilómetro, podemos contemplar lo que quedó en pie del muro de Berlín tras aquel 9 de noviembre de 1989 en que los berlineses lo tiraron abajo (y aparte de unos cuantos fragmentos sueltos repartidos aquí y allá por toda la ciudad).
El muro de la vergüenza que se convirtió en galería de arte urbano
¿Qué tiene de especial, aparte de su valor histórico, la East Side Gallery? Pues que como su propio nombre indica, ha sido convertida en galería al aire libre (una de las mayores del mundo, de hecho), en la que cientos de artistas procedentes de diferentes países han plasmado su particular visión de lo que el muro de Berlín significó para la sociedad contemporánea. En general, el hilo conductor de toda la exposición es una especie de oda a la libertad que denota el optimismo que se vivió por entonces con el fin de la Guerra Fría, salpicada de algún que otro mensaje reivindicativo.
Son aproximadamente un centenar de obras las que se exiben en la East Side Gallery, de forma completamente accesible y gratuita, para todo aquel que quiera acudir a verlas.
Una curiosidad: en el año 2006 una parte de la East Side Gallery fue desplazada para poder construir un acceso sobre el río Spree, moviendo un tramo del antiguo muro unos 50 metros (el resto continúa en su emplazamiento original, en el que marcó la frontera entre la zona de Berlín controlada por los aliados y la zona soviética, la de la RDA).
Los murales más famosos de la East Side Gallery
Seguro que has visto muchísimas veces esa conocida imagen de dos hombres dándose un beso fraternal en la boca para sellar un pacto político, gesto típicamente soviético. Se trata de Brezhnev (presidente de la URSS desde finales de los sesenta hasta principios de los ochenta) y Honecker, Jefe de Estado de la RDA hasta la caída del muro, cuando fue encarcelado (exiliándose después a Chile, donde murió). Pues bien: en la East Side Gallery encontrarás el mural que representa esta imagen, obra del pintor ruso Dmitri Vrúbel.
Otro de los murales más famosos son el del coche Trabi (vehículo típico de los tiempos de la RDA) atravesando el muro, obra de Birgit Kinder, o el de las coloridas caras del artista francés Thierry Noir.
Una visita imprescindible
Lo malo es que en los últimos tiempos, a causa de diversos actos vandálicos, el ayuntamiento de Berlín se ha visto obligado a proteger con verjas algunos de los murales más famosos, por lo que hacerse una foto junto a ellos (o simplemente de ellos) es tarea difícil.
De hecho, con motivo del vigésimo aniversario de la caída del muro, se propuso a algunos de estos artistas la restauración de sus obras. Algunos aceptaron de buen grado; otros rechazaron «arreglarlas» manifestando su descontento con la deficiente política de mantenimiento de los murales que se había llevado a cabo hasta el momento.
No obstante, nosotros te recomendamos visitar la East Side Gallery de Berlín de todas formas, pues se trata de un lugar con un significado especial para la historia reciente de la ciudad y de Europa. A pesar de estar algo alejada del centro y de otros lugares de interés turístico, merece la pena darse el paseo hasta allí y está bien comunicada en transporte público.
Al terminar de recorrer la East Side Gallery (recomendamos empezar por el lado más cercano a la Ostbahnhof) no olvides echar un vistazo a la parte posterior del muro, que también está decorada con arte urbano de todo tipo. Después te aconsejamos cruzar el Oberbaumbrücke, el puente sobre el río Spree, para llegar hasta Kreuzberg, uno de los barrios más atractivos de Berlín por su ambiente desenfadado (y bastante hipster, todo hay que decirlo).