La Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm de Berlín (también conocida como Iglesia del Recuerdo) es sin duda una de las iglesias más curiosas de Europa. Situada en pleno centro de Berlín, muy cerca de una de las principales avenidas comerciales de la ciudad, Kurfürstendamm, contrasta con los edificios que la rodean por tu torre partida, destruida durante la Segunda Guerra Mundial y dejada así como recordatorio permanente de los estragos de la guerra.
La Iglesia del Kaiser Wilhelm…
La iglesia original era de estilo neorománico, y había sido construida durante el siglo XIX. La torre, por aquel entonces, era la más alta de la ciudad con sus más de 130 metros. Dedicada a la memoria del emperador Guillermo I, su interior era suntuoso, y a pesar de no ser una iglesia de grandes dimensiones -aunque era más grande que la que hoy vemos- impresionaba con sus mosaicos de colores (hoy en día aún pueden verse mosaicos en ella) que recordaban las grandes hazañas del kaiser.
¿Qué sucedió para que quedase destruida? Como te contábamos, durante los bombardeos aliados durante la batalla de Berlín muchos grandes monumentos de la ciudad quedaron reducidos a escombros, y la Iglesia Memorial del Kaiser Wilhelm no fue una excepción. Sin embargo, su torre, partida por la punta, logró mantenerse en pie de alguna manera, y así ha quedado hasta la actualidad como un macabro recuerdo del pasado reciente de Berlín.
…hoy, Iglesia del Recuerdo
Aunque las protestas de los berlineses impidieron que se demoliese la torre para construir una nueva iglesia, la que pasaría a llamarse Iglesia del Recuerdo por motivos obvios, sí que fue reconstruida en su interior para habilitarla para la visita, y se erigieron dos nuevos edificios a su lado destinados a los oficios religiosos y obra del arquitecto Egon Eiermann.
Al visitar la iglesia en la actualidad, encontraremos un interior curioso si lo comparamos con otras iglesias berlinesas, pues la reconstrucción que se llevó a cabo durante los años cincuenta la dotó de un aspecto más moderno y vanguardista que rompe con su peculiar aspecto exterior.
Así, aunque el cuerpo central de la iglesia -conocido como Sala del Recuerdo– no tiene grandes dimensiones, sobrecoge por sus paredes adornadas con miles de cristales que reproducen los mosaicos originales (aunque parte de ellos sí se han conservado). Entre todos ellos destaca el mosaico del Cristo en la Cruz sobre el altar mayor.
Además, dentro de la iglesia encontraremos una breve exposición dedicada a su historia, muy interesante porque te permite apreciar cómo era la iglesia original y compararla con la actual. Asimismo, la iglesia ejerce como memorial para las víctimas del nazismo, y como sala de conciertos de música clásica.
Una curiosidad: la iglesia es conocida cariñosamente por los berlineses como Lippenstift und Puderdose («polvera y lápiz de labios») por su aspecto exterior.
Muy cerca de la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm se encuentran el zoo de Berlín (y, a su lado, el acuario), así como las famosas galerías KaDeWe y el centro comercial Bikini, por lo que puedes aprovechar tu visita a la iglesia para visitar alguno de estos lugares (si viajas con niños les gustarán los dos primeros; los dos centros comerciales son una buena opción para merendar algo rico por su gran oferta).