El Museo Nuevo de Berlín (Neues Museum) es el más visitado de la Isla de los Museos junto con el Museo de Pérgamo.
Famoso por albergar el busto de la reina Nefertiti, lo cierto es que este museo custodia además un gran número de piezas de interés, con una amplia colección dedicada al arte egipcio (de hecho, muchos lo conocen como el Museo Egipcio de Berlín) y una exposición muy completa sobre la Prehistoria.
¡Vamos a conocerlo!
El renacimiento del Museo Nuevo de Berlín
Este museo es uno de los más longevos de la ciudad, pues fue construido a mediados del XIX por obra del arquitecto prusiano Friedrich August Stüler. En aquel momento, el museo resultó ser un proyecto muy innovador, por ser uno de los primeros edificios que empleaba el acero en su construcción.
Finalmente, el museo sería inaugurado en 1855, y por aquel entonces albergaba ya una completa colección de piezas egipcias llevadas a Berlín por los pioneros alemanes de la arqueología. Además, el museo contaba con una buena muestra de escultura clásica, y algunas obras del Románico, del Gótico y del Renacimiento (que serían reubicadas posteriormente en otros museos de la Isla de los Museos).
Pero durante la Segunda Guerra Mundial, al igual que sucedió con otras tantas instituciones de Berlín, el Museo Nuevo fue destruido por los bombardeos, y con él buena parte de sus obras.
Del museo apenas quedaron en pie los muros exteriores, y ya no volvería a abrir sus puertas hasta más de medio siglo después, en 2003, cuando fue remodelado por el arquitecto David Chipperfield siguiendo, en cierta medida, los planos originales, pero introduciendo algunos elementos propios de la arquitectura contemporánea.
Qué ver en el Neues Museum: principales obras
Actualmente, el Museo Nuevo de Berlín alberga el Museo Egipcio (que incluye una completa colección de papiros) y el Museo de Prehistoria. Si tienes poco tiempo para visitarlo pero no te lo quieres perder, estas son las obras imprescindibles:
- El busto de Nefertiti, la joya por excelencia del museo. Aunque es la única pieza del museo a la que no se le pueden hacer fotografías (y te aconsejamos que ni lo intentes porque hay siempre unos cuantos vigilantes rondando), merece la pena dedicar un tiempo a admirar esta maravilla de más de 3.000 años de antigüedad (que fue escondida durante la II Guerra Mundial para su preservación).
- El cráneo neandertal encontrado en el yacimiento de Le Moustier, un yacimiento del Paleolítico declarado Patrimonio de la Humanidad.
- La colección de arte del período amarniense, en la que se incluyen piezas como la cabeza de Tiy, reina consorte de Amenhotep III, hallada en el templo de Hathor.
- El Tesoro de Príamo, la colección de joyas troyanas descubierta por Heinrich Schliemann. Aunque realmente no está comprobada siquiera la existencia de Troya en el lugar señalado por Schliemann, ni tampoco la pertenecencia del tesoro al rey mencionado por Homero, es de gran belleza y merece la pena verlo.
- El conocido como Sombrero Dorado de Berlín, que data de la Edad del Bronce. Se trata de una pieza muy curiosa (hasta ahora solo se han descubierto cuatro sombreros de este tipo), típica de este período, realizada en oro y con una característica forma cónica.
Nosotros te aconsejamos reservar al menos un par de horas en tu viaje a Berlín para visitar el Museo Nuevo de Berlín, pues la exhibición del museo recorre la Historia Antigua (y la Prehistoria) desde todos sus ámbitos, tanto en Europa como en África y Oriente Próximo.