El Museo Bode de Berlín es, sin duda, el de mayor belleza de la Isla de las Museos -arquitectónicamente hablando-.
Su característico edificio neobarroco, coronado por una gran cúpula, destaca junto a un puente en un extremo de la isla, y alberga una de las mejores colecciones de numismática de Europa, además de una amplia muestra de arte bizantino y escultura.
Historia y arquitectura
El Museo Bode fue inaugurado en 1904, y aunque en un primer momento fue conocido como Kaiser Friedrich Museum (en honor al emperador prusiano Francisco III), fue rebautizado en los años 50 como Museo Bode, homenajeando a su primer director, Wilhelm von Bode, cuyo exhaustivo trabajo para la ampliación de la colección merecía ser recordado.
El diseño del impresionante edificio que alberga el museo fue obra de Ernst von Ihne: se trata, como te contábamos al principio, de un edificio de forma circular y estilo neobarroco, con unas fachadas de gran belleza y un interior suntuoso, en el que sin duda sobresale la magnífica escalera central.
Al igual que sucedió con el resto de edificios de la Isla de los Museos, durante la Segunda Guerra Mundial el Museo Bode sufrió graves desperfectos, y a pesar de que muchas de sus obras fueron trasladadas, a día de hoy hay más de un millar que continúan desaparecidas (bajo la sospecha de que fueron confiscadas como botín de guerra o simplemente, saqueadas tras los bombardeos sobre Berlín).
No sería hasta los años noventa cuando el museo comenzara a ser reconstruido en su totalidad, por lo que permaneció cerrado parcialmente a los visitantes durante más de cuatro décadas. Las obras de reconstrucción del museo fueron largas y costosas (se estima que la inversión ascendió a… ¡casi 160 millones de euros!) pero finalmente, el Museo Bode fue reinaugurado en el año 2006 con el objetivo de acoger las colecciones de arte bizantino, numismática, escultura y algunas pinturas.
La colección del Museo Bode
El Museo Bode cuenta con una colección muy amplia de obras pertenecientes a distintas épocas y estilos, repartidas entre sus numerosas salas.
Si vas a visitarlo, nosotros te aconsejamos dedicarle, al menos, un par de horas (para ver lo imprescindible, ya que el museo cuenta con 64 salas de exposición), y no perderte, sobre todo, lo siguiente:
- El llamado Museo de Arte Bizantino, que contiene obras que abarcan el período comprendido entre los siglos III y XV, entre las que destaca la colección de sarcófagos del período romano cristiano.
- El gabinete de numismática, también conocido como Münzkabinett, que contiene una de las colecciones más relevantes a nivel mundial. Incluye monedas, medallas, sellos, herramientas destinadas a la fabricación de moneda y, en definitiva, todo lo relacionado con el dinero desde sus orígenes en el siglo VII hasta la actualidad.
- La colección de esculturas, presentada conjuntamente con la de pintura (agrupadas ambas vertientes artísticas por períodos), y que incluye obras como Bailarina de Antonio Canova o la Pazzi Madonna de Donatello entre muchas otras esculturas antiguas traídas al museo, en buena parte, gracias al trabajo del ya mencionado Wilhelm von Bode.
El Museo Bode cuenta, además, con una galería especialmente pensada para los más pequeños, donde pueden conocer el museo y sus principales obras de forma didáctica y divertida, así que si viajas a Berlín con niños ¡no tienes excusa para dejar de visitar este museo!
Asimismo, el museo dispone de su propia tienda, de taquillas y guardarropa para dejar abrigos, bolsos y mochilas y de una cafetería con restaurante en el primer piso, con unas vistas estupendas de la escalera central desde su terraza.