El Grand Palais de París es uno de los edificios históricos más emblemáticos de la capital francesa. Con más de un siglo de historia, está situado en uno de los extremos de los Campos Elíseos, y junto con el Petit Palais y el cercano Puente Alejandro III conforma un complejo monumental de gran belleza que alberga más de 30 exposiciones temporales al año.
Un palacio para la Exposición Universal

El Grand Palais de París.
El Grand Palais (Gran Palacio de París) fue construido a finales del siglo XIX como escenario de la Exposición Universal que tendría lugar en el año 1900. La idea era crear dos palacios en París dedicados a las Bellas Artes: el Grand Palais y el Petit Palais. En tan solo tres años, más de un millar de obreros consiguieron convertir este solar situado pleno centro de París en un conjunto monumental que está declarado Monumento Histórico.
Los materiales más empleados en su estructura fueron el acero y la piedra, que confieren al edificio una arquitectura ecléctica muy típica de la época. La causa de esta mezcla de estilos que caracterizan al Grand Palais de París fue la falta de consenso sobre un solo proyecto (aunque se convocó un concurso público para diseñarlo, no hubo un proyecto vencedor), así que fueron varios los elementos que se incorporaron de cada una de las propuestas presentadas.

La cubierta de cristal del Grand Palais, inconfundible en el cielo de París.
Con el paso de los años su estructura sufrió daños graves fruto de fallos estructurales, por lo que en los años noventa el Grand Palais cerró sus puertas al público para iniciar un largo proceso de restauración que lo dotaría del aspecto con que hoy lo contemplamos.
Una de las mayores bóvedas de Europa
Pero lo más significativo del edificio del Gran Palais es sin duda la nave central con su cubierta de cristal abovedada, que lo convierte en un icono inconfundible de París. Las fachadas, por su parte, fueron decoradas por decenas de frisos y esculturas de artistas internacionales.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Grand Palais se transformó en hospital militar, y en sus galerías se agolpaban las camillas llenas de enfermos y heridos de guerra que, cuando se recuperaban, volvían a entrenarse en la nave central antes de regresar al frente.
Visita al Grand Palais por dentro
La visita al Grand Palais resulta muy interesante en cuanto a que abarca distintos campos del conocimiento: la zona de la nave central acoge diferentes exposiciones; las galerías adyacentes (conocidas como Galerías Nacionales), por su parte, están dedicadas a las exposiciones temáticas de la obra de artistas de renombre y, por último, la zona de Palais de la Découverte (Palacio del Descubrimiento) funciona como museo de ciencias.
Y es que, como comentábamos al principio, el Grand Palais nació con vocación didáctica, pues tras la celebración de la Exposición Universal para la que fue creado, continuó albergando en su espacio otras exposiciones temporales relacionadas con la ciencia y la tecnología. El Grand Palais sería el emblema parisino del mundo moderno, como deja claro el lema de uno de los frontones de su fachada: Monumento consagrado por la República a la gloria del arte francés.
Te aconsejamos visitar el Grand Palais en tu viaje a París si tienes tiempo suficiente como para dedicarle un par de horas: siempre merece la pena ver sus exposiciones temporales, de gran repercusión internacional, y conocer de cerca su maravillosa arquitectura.
Por otra parte, si viajas a París con niños visitar el museo de ciencias con ellos puede convertir en un plan muy entretenido para ellos, pues cuenta con espacios dedicados a los más pequeños para que puedan tocar, probar y experimentar a su aire.