No se encuentra en una zona céntrica, pero la Basílica de Saint-Denis en París es sin duda una visita obligada en la ciudad si tienes tiempo suficiente en tu viaje, pues además de estar considerada la primera iglesia de estilo gótico de la capital francesa, en ella se encuentran las tumbas de prácticamente la totalidad de los reyes de Francia.
Un poco de historia sobre la Basílica de Saint-Denis
El nombre de la basílica procede de Saint Denis (San Dionisio), primer obispo de París. Durante siglos se pensó que los restos del santo se hallaban enterrados en el terreno donde se levanta la Basílica de Saint Denis, y de hecho, antes que ella, existió en este mismo lugar un pequeño templo. En los pórticos de la basílica podemos contemplar hoy varias escenas del martirio de Saint Denis.
La conversión en basílica llegaría en el siglo VII, cuando fue oficialmente fundada por el rey Dagoberto (el primero que sería enterrado en ella), y desde entonces el templo continuaría siendo ampliado hasta el siglo XIV.
El nacimiento del Gótico
A nivel arquitectónico, puede que el exterior de la Abadía de Saint Denis te resulte austero comparado con otros edificios religiosos de París. Pero lo cierto es que el interior es de una belleza deslumbrante: altísimas naves a través de cuyas vidrieras se filtra la luz y decenas de tumbas reales distribuidas alrededor del transepto, del coro y del deambulatorio.
El proyecto de la basílica de Saint Denis como hoy la vemos corrió a cargo del abad Suger, que a mediados del siglo XII pensó en un estilo románico para ella. Pero la basílica sería terminada ya en el siglo XIII, e incorporaría un buen número de elementos del Gótico, la tendencia arquitectónica que despuntaba ya en otras iglesias de grandes ciudades europeas.
Las tumbas de los reyes de Francia
Como te comentábamos al principio de este artículo, en la Basílica de Saint Denis se han enterrado a lo largo de los siglos casi todos los reyes de Francia (a excepción, concretamente, de tres). Entre reyes, reinas, infantes e infantas y demás miembros de la familia real, la Basílica de Saint Denis suma casi un centenar de tumbas que constituyen uno de los mejores ejemplos de arte funerario de Francia, pues la mayoría de ellas están ricamente ornamentadas con ostentosas esculturas.
Las tumbas más famosas de la Basílica de Saint Denis, ya sea por la suntuosidad del enterramiento o por la fama de sus «inquilinos» son las de Catalina de Médici y su esposo el rey Enrique II y las de Luis XVI y María Antonieta, representados en posición orante.
Al igual que sucedió con tantos otros monumentos parisinos, durante la Revolución Francesa la Basílica de Saint Denis fue saqueada y las tumbas profanadas.
La profanación de las tumbas de Saint Denis fue uno de los episodios más violentos de la revolución, pues se exhumaron buena parte de los enterramientos, quedando los restos de los monarcas franceses prácticamente destruidos y desperdigados por varias fosas comunes. Muchos de estos restos no pudieron identificarse de nuevo (hoy se custodian en el osario de la cripta de la basílica) y otros ya no llegaron a ser recuperados. Los que sí pudieron identificarse volvieron a ser enterrados en sus correspondientes tumbas y la Basílica de Saint Denis fue reconstruida y abierta de nuevo a los visitantes.