En la capital francesa encuentras en cada esquina edificios, museos y monumentos que han sido testigos de su intensa historia y que te transportan a momentos clave del pasado, como la Revolución Francesa. Uno de estos lugares es La Conciergerie de París.
A la hora de planificar tu viaje por París, te aconsejamos que reserves un par de horas para visitar este emblemático complejo ubicado en la Isla de la Cité.
Historia de la Conciergerie
Nada más llegar a la Conciergerie, lo primero que piensas es que se parece mucho a un palacio. Y lo cierto es que lo fue. Funcionó durante la Edad Media como residencia real y en el año 1392 se convirtió en una prisión de máxima seguridad y sede de administración de justicia.
Durante varios siglos acogió a presos políticos y a delincuentes comunes. De aquella época aún quedan algunos vestigios, como las celdas, que eran de dos tipos; unas más cómodas, para los presos adinerados que recibían un trato especial por parte de los carceleros, y otra para los presos de origen humilde.
Las primeras estaban equipadas con muebles y a los reclusos se les permitía ser atendidos por sus mayordomos. En cambio, las celdas de los pobres se encontraban en los sótanos, en las zonas más frías, donde las ratas (y las enfermedades) campaban a sus anchas. No era extraño que la mayoría de estos presos acabase muriendo durante su encierro.
El preso nº 280: la reina María Antonieta
¿Sabías que la reina más polémica de Francia estuvo presa en la Conciergerie antes de morir guillotinada en 1793? Acusada de haber llevado al país a la ruina; rechazada por una sociedad hambrienta que veía con recelo la ostentosidad de la vida en palacio y juzgada por traición y complot contra la nación francesa, María Antonieta fue ajusticiada en la Plaza de la Concordia protagonizando uno de los capítulos más negros de la historia de Francia.
Durante tu visita a la Conciergerie puedes visitar la antigua celda de María Antonieta; realmente, estuvo instalada en dos celdas diferentes, una más sencilla al principio, y otra algo más cómoda y con una capilla adosada en sus últimos días de vida. De hecho, en la misma hay una reproducción de María Antonieta; una figura de cera que representa a la reina sentada junto a un escritorio coronado por un crucifijo.
Lo cierto es que en los comienzos de la Revolución Francesa, el Tribunal Revolucionario que se ocupaba de ajusticiar a los reos mandó ejecutar a más de tres mil personas, entre las que se encontraban la reina María Antonieta y el rey Luis XVI.
El primer reloj público de París
Las cuatro torres de la Conciergerie (de l’Horloge, Bombec, d’Argent y de César) son uno de los rasgos distintivos de este complejo. En la torre de l’Horloge se colocó el primer reloj público de París. Actualmente no conserva el original, aunque el que podemos ver hoy también tiene unos cuantos siglos de historia, pues data de 1585, cuando reemplazó al primero.
En la Torre Bombec se realizaban los interrogatorios y se torturaba a los presos; en la Tour d’argent, como su propio nombre indica (torre de plata), se custodiaba el tesoro real, y la torre de César fue bautizada así en homenaje a la antigua presencia en la zona de los romanos.
Un monumento imprescindible de París
Tras la Revolución Francesa, la cárcel continuó unos años más funcionando como prisión, y fue restaurada en el siglo XIX. No perdió su función principal, que era la de órgano administrador de justicia.
A finales del XIX, durante la Comuna de París (un movimiento insurreccional que promovía un estado autogestionado), la Conciergerie fue incendiada. Pasarían veinte años hasta que fuera reconstruida de nuevo.
En la actualidad, la Conciergerie alberga el Palacio de Justicia, y parte de sus instalaciones están abiertas al público, que puede conocer cómo funcionaba la antigua prisión, visitar la exposición de instrumentos de tortura o las antiguas celdas.
Una visita imprescindible en París, por su importancia histórica durante un período tan convulso y relevante como la Revolución Francesa, y también porque constituye una de las imágenes más bellas de la ciudad, con el Pont au Change cruzando sobre el Sena y las torres cónicas de la Conciergerie al fondo.