El Museo de Cluny (Musée de Cluny), también conocido como Museo Nacional de la Edad Media de París se encuentra escondido en el Barrio Latino, una de las zonas más animadas de la ciudad.
Es un museo imprescindible de París si te gusta la historia, pues su colección abarca miles de obras procedentes de entre los siglos III y XVI, entre las que se incluye una magnífica exposición de tapices, esculturas, vidrieras, orfebrería, joyería y marfiles.
Un museo con una larga historia
El nombre del museo tiene su origen en la Edad Media, cuando en el lugar que hoy ocupa el museo existía una residencia para los abades de Cluny. Concretamente, fue Jacques d’Amboise, abad de Cluny y miembro de una de las familias más poderosas de París, quien construyó aquí a mediados del siglo XV la mansión que sería conocida como Hotel de Cluny.
Unos cuantos siglos antes, fueron los galos quienes construyeron aquí unas termas, las thermes de Cluny, cuyos restos arqueológicos todavía pueden apreciarse en la visita al museo. Estas termas se han conservado debido, en buena parte, a que cuando el abad de Cluny se planteó la construcción de la abadía en este espacio, pensó que demoler el enorme complejo subterráneo de túneles y galerías sería demasiado costoso, así que decidió, simplemente, edificar sobre él.
Es por tanto sobre estos dos espacios (las antiguas termas de Cluny y la abadía) sobre los que se erige el actual Museo Nacional de la Edad Media. Aunque la historia del edificio no terminó, ni mucho menos, aquí: durante el siglo XVI fue refugio de la reina María Estuardo, y durante la Revolución Francesa fue adquirido por un médico que utilizó parte de la capilla como sala de operaciones.
Podríamos considerar que el museo, como tal, nació en 1833, cuando un coleccionista privado, Alexandre du Sommerard, se instaló en este espacio con su magnífica colección de arte medieval. A su muerte, el gobierno de Francia decidió comprar el llamado Hotel de Cluny y su colección (compuesta por casi 1.500 piezas), y esta sería la base sobre la que se inauguraría el Museo de Cluny, que en décadas posteriores fue ampliando su exposición mediante la adquisición de nuevas obras de arte. Fue precisamente su hjo Edmond el encargado de adquirir obras tan relevantes para el museo con los tapices de La Dama y el Unicornio o parte del tesoro visigodo de Guarrazar.
Algunas de las mejores obras de arte de la Edad Media
El Museo Nacional de la Edad Media cuenta con más de 23.000 piezas de arte entre orfebrería, tapices, cuadros y grabados, pero solo exhibe alrededor de 2.300 de esos objetos.
- Su obra más destacada es la serie de tapices de La Dama y el Unicornio (La Dame à la licorne), creados en el siglo XV en el sur de los Países Bajos. Compuesta por seis paneles, esta obra maestra es una de las mejores representaciones del mundo medieval caballeresco. Cada tapiz simboliza cada uno de los cinco sentidos, menos el último, que resalta el deseo sobre los demás placeres. Encontrarás estos famosos tapices en el primer piso del museo.
- Las 21 cabezas correspondientes a la galería de los reyes de la Catedral de Notre Dame, cuyo descubrimiento en 1977 obligó a crear un espacio específico dentro del museo para albergarlas.
- La exposición de armas y armaduras medievales.
- La colección de objetos de arte hechos en oro, plata y marfil y esmaltados.
- El altar dorado de la Catedral de Basilea, cuyos restos están considerados una de las mejores obras de orfebrería medieval. Fabricado en oro alrededor del año 1020 por encargo de Enrique II, su valor es incalculable.
- No olvides dar un paseo por el Jardín Medieval, que comunica el museo con la Rue Du Sommerard. La vegetación que conforma los jardines representa las flores, hierbas y arbustos que aparecen en las obras expuestas dentro del museo.
- Las termas romanas, ubicadas en el sótano. Son unas de las termas mejor conservadas de Europa, en las que destaca especialmente la sala abovedada conocida como Frigidarium.
Si viajas con niños, les encantará pararse en la sala destinada a la recreación de la vida cotidiana medieval. Gracias a una exposición muy completa de objetos de uso doméstico, los más pequeños pueden aprender de forma divertida cómo se vivía durante la Edad Media.
El museo también cuenta con una buena biblioteca que reúne numerosos fondos, y que constituye uno de los archivos de temática medieval más completos de Europa.
Visitar el Museo de Cluny
Pese al interés del Museo Nacional de la Edad Media, este es uno de los museos de París menos visitados. No sabemos si por desconocimiento o por falta de tiempo, pero en todo caso esto lo hace aún más atractivo, porque (para variar en París) no hay que hacer cola de entrada, se recorre fácilmente y con dedicarle un par de horas yendo tranquilos, es más que suficiente.
A la entrada puedes hacerte con un mapa gratis para organizar tu itinerario y las audioguías en español o inglés están incluidas en el precio de la entrada.
Aunque como es lógico lo habitual es visitar el Museo Nacional de la Edad Media durante el día, si alguna noche estás por el Barrio Latino cenando o tomando algo te recomendamos acercarte para disfrutar del espectáculo de luces diseñado por la artista Anne Bureau, y que dota al museo de una apariencia especial.