El Museo Carnavalet de París acoge una completa exposición de obras de arte y arqueología dedicada a la historia de la ciudad. Está ubicado en Le Marais, uno de los barrios de moda más elegantes de París.
El Museo Carnavalet cuenta con dos espacios separados entre los que se reparte su patrimonio; la sede principal, en Rue des Francs-Bourgeois, y las criptas situadas en la Plaza de Notre Dame, que te aconsejamos no perderte si vas a visitar la famosa catedral.
El Hôtel Carnavalet
La sede principal del museo se encuentra alojada en lo que fuera el antiguo Hôtel Carnavalet. Este palacete fue construido en el siglo XVI como vivienda de un político francés, aunque su inquilina más célebre llegó un siglo después. Se trata de Madame de Sévigné, una noble francesa que escribió en esta residencia sus famosas cartas, allá por el siglo XVII, cuando su hija, Condesa de Grignan, tuvo que alejarse de París a causa del trabajo de su marido.
Ya en el siglo XIX, el Estado francés se adueñó del edificio con la idea de crear un museo para la preservación y difusión de la historia de París, el que sería el Museo Carnavalet. Con el paso del tiempo, la colección fue incrementándose y hubo que ampliar el museo para poder dar cabida a todas las piezas reunidas. Fue entonces cuando el cercano Hôtel Le Peletier de Saint-Fargeau se sumó a las instalaciones del museo, y es en él donde se custodia la colección arqueológica.
Varias colecciones
La colección del Museo Carnavalet se divide entre la exposición permanente y las exposiciones temporales, que van variando su temática según la temporada. Respecto a la colección permanente, esta abarca todo tipo de objetos y testimonios, desde piezas de arqueología hasta documentos escritos y carteles, incluyendo escultura, numismática, obras de arte e incluso fotografías.
- La exposición de arqueología es sin duda la más completa del museo, pues se compone por casi 10.000 piezas que abarcan desde la Prehistoria hasta la Edad Media. La mayoría de ellas fueron halladas en las excavaciones realizadas a lo largo del XIX, cuando la arqueología comenzó a ganar adeptos en Europa. No te pierdas el maletín de un médico que data del siglo III, las barcas neolíticas o los dientes de mamut.
- La colección de objetos de arte incluye cerámicas, relojes, abanicos… objetos de uso cotidiano pero que pertenecieron en algunos casos a grandes protagonistas de la historia francesa, como el reloj de Emile Zola o la palangana donde se aseaba Robespierre. Un repaso por algunos de los personajes más recordados de Francia a través de sus objetos personales.
- Muy interesantes también resultan las piezas de mobiliario que se custodian en el museo. Al igual que en el caso anterior, muchos de estos muebles pertenecieron a franceses famosos. Otros simplemente son una buena muestra del magnífico trabajo de los ebanistas parisinos que tenían fama de ser los mejores carpinteros de Europa durante los siglos XVII al XIX.
- El Gabinete de Artes Gráficas, por su parte, incluye dibujos, carteles y fotografías procedentes de diferentes épocas, y clasificadas en planos, mapas, panorámicas de la ciudad, escenas cotidianas e históricas y documentos fiscales asociados a comercios y fábricas de París. Casi medio millón de obras que culminan con una completa colección de fotografía desde sus orígenes a comienzos del XIX.
- No te pierdas tampoco las colecciones de escultura y pintura, que incluyen obras de algunos de los artistas franceses más reconocidos, la parte dedicada a la numismática y las maquetas que recrean antiguos barrios y monumentos de París y que ayudan a hacerse una idea aproximada del aspecto de la ciudad a lo largo de los siglos.
Las catacumbas de París
Hace unos años, el Museo Carnavalet incorporó a su gestión la cripta de la Plaza de Notre Dame y las catacumbas de París.
La cripta se encuentra bajo la plaza donde se sitúa la Catedral de Notre Dame, y alberga restos arqueológicos que van desde la Antigüedad hasta el siglo XIX. Estos restos incluyen antiguas calles, muros de defensa, los cimientos de una basílica medieval y todo tipo de construcciones que existieron en París hace siglos. Es una visita muy interesante, pues los restos arqueológicos están muy bien conservados y gracias a las maquetas, texto e iluminación de cada uno podemos comprender fácilmente cuáles fueron sus funciones y su aspecto original.
Las catacumbas son una amplísima red de túneles subterráneos que en época de ocupación romana funcionaron como minas, pero que a finales del siglo XVIII comenzaron a utilizarse como lugar de enterramiento debido a las restricciones impuestas en la propia ciudad a la hora de enterrar a los muertos intramuros (por cuestiones de salubridad). Lo más curioso es que la parte visitable de las catacumbas apenas cubre un 1% del total del complejo, y son sin duda una de las visitas más curiosas que pueden hacerse en París.
Consejos prácticos para tu visita
A la entrada del museo puedes hacerte con una audioguía en español por 3 €, y te aconsejamos coger una, pues viene realmente bien a la hora de entender la exposición.