Los Jardines de Luxemburgo de París (Jardin du Luxembourg) son uno de los espacios verdes más bonitos de la ciudad. Situados junto al Barrio Latino y presididos por el Palacio de Luxemburgo, actual sede del Senado francés, realmente se trata de un parque privado abierto al público.
Románticos y tranquilos, no es de extrañar que los Jardines de Luxemburgo hayan sido fuente de inspiración de numerosos intelectuales, como Ernest Hemingway, que acudía a menudo a pasear por ellos. Balzac y Baudelaire fueron otros de sus escritores asiduos.
Un parque donde a cualquier hora del día encontrarás familias disfrutando de un rato de ocio, turistas tomándose un descanso y parisinos leyendo el periódico o haciendo deporte.
Un jardín florentino en París
Su origen se remonta a comienzos del siglo XVII, cuando la reina María de Médici decidió instalar en el lugar un palacio real con un jardín que evocase el Jardín de Bóboli de su Florencia natal.
Así nació el Palacio de Luxemburgo que hoy podemos ver, aunque los jardines costaron algo más de esfuerzo: el palacio apenas contaba con una pequeña parcela delante, pues junto a él existía un convento de monjes cartujos que ocupaba el espacio. Al final, varias décadas después, se logró desalojarlos y el jardín pudo comenzar a construirse expandiéndose frente al palacio. De este jardín original el único elemento que ha sobrevivido hasta nuestros días es, precisamente, la fuente de María de Medici.
El gran estanque central alrededor del cual hoy se sientan turistas y parisinos fue construido a finales del XIX, cuando el barón Haussman, en su proyecto de renovar París, destruyó parte de los jardines para construir los amplios bulevares que existen actualmente en la zona.
A día de hoy, los Jardines de Luxemburgo cuentan con más de 20 hectáreas de terreno y tienen una estética neoclásica.
El Palacio de Luxemburgo
El nombre del palacio y de los jardines procede de su primer propietario, el duque François du Luxembourg, primer dueño del palacio que adquiriría y transformaría María de Médici.
La reina convirtió el Palacio de Luxemburgo en un palacete al más puro estilo francés: decorado con pinturas traídas del Louvre y frescos de Delacroix, su aspecto era ostentoso.
Pero su historia no siempre fue pacífica: durante la Revolución Francesa, como tantos otros edificios que habían pertenecido a la Corona, el Palacio de Luxemburgo fue convertido en prisión. Unas décadas después serían los miembros de la Comuna quienes lo ocuparían, y durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado por la Luftwaffe, la aviación de la Alemania nazi.
Desde los años sesenta ha sido utilizado como sede del Senado francés. Para adaptar sus instalaciones a las necesidades de los senadores fue necesario realizar algunas obras de remodelación, aunque siempre se ha tratado de preservar el aspecto original del edificio.
Qué ver y hacer en los Jardines de Luxemburgo
Lo cierto es que los Jardines de Luxemburgo son algo más que unos simples jardines, pues incluyen un huerto, una especie de bosque, un quiosco donde tomar algo, el gran estanque central, instalaciones de apicultura, invernaderos, un tiovivo, un teatro de títeres… por lo que no faltan opciones de ocio para pasar un buen rato en ellos.
Aquí van algunas propuestas:
- Asistir al teatro de títeres: si vas a viajar a París con niños, les encantará asistir a alguno de los guiñoles que se representan aquí. El guiñol se hace todos los miércoles, sábados y domingos a partir de las 14:00 horas.
- Los jardines también cuentan con zona de columpios y un tiovivo del siglo XIX. Otro plan divertido para hacer con ellos en los Jardines de Luxemburgo es montar en burro o en pony.
- Navegar tu propio barco por control remoto: en uno de los estanques puedes alquilar un velero y dirigirlo por el agua con un mando.
- Pasear entre las esculturas, entre las que destaca la colección de 20 estatuas dedicada a las reinas francesas. También encontraremos esculturas de animales, personajes ilustres y el precioso conjunto escultórico de Polifemo, Acis y Galatea.
- Buscar (porque está algo escondida) la Fuente de María de Médici, rodeada de columnas y con su propio estanque.
- Disfrutar de un concierto gratis y al aire libre mientras tomas un café o un vino en el quisco del parque.
- Ver alguna de las exposiciones temporales de fotografía o escultura contemporánea que el Senado organiza en los jardines.
- Acercarte hasta la rosaleda y los invernaderos, que albergan una colección de más de 10.000 orquídeas.
Además, el jardín cuenta con sus propias pistas de tenis y espacios dedicados al juego del ajedrez y de la petanca.
Los Jardines de Luxemburgo: una visita imprescindible
Puedes aprovechar tu visita al barrio Latino para pasar antes por los Jardines de Luxemburgo, que se encuentran al lado. Si vas por la zona, no olvides visitar el cercano Teatro del Odeón y el Panteón.
Se puede acceder a ellos por varias entradas, y merece la pena visitarlos en cualquier momento del año: en otoño por los tonos rojizos que adquieren sus hileras de árboles, en primavera por encontrarse en su máximo esplendor, en verano para tumbarse a descansar a la sombra e incluso en invierno, cuando lucen especialmente bonitos si ha nevado.