No te vamos a engañar: visitar Roma en dos días es todo un reto, aunque es cierto que 48 horas en Roma, bien organizadas, pueden dar para ver y hacer mucho.
Si ya has empezado a preparar tu viaje a Roma, puede que te parezca que la capital italiana se resume en una lista interminable de lugares y monumentos de interés.
Y es verdad que la cantidad de puntos turísticos de la ciudad es considerable.
¿Quiere decir esto que no puedas conocer lo mejor de Roma en 48 horas?
¡Para nada!
Lo que queremos transmitirte es que es más probable que en estos dos días disfrutes más de tu viaje a Roma si los dedicas a perderte por el centro, comerte unos buenos spaghetti carbonara y callejear que si te agobias tratando de visitar todos y cada uno de sus monumentos.
Te aseguramos que si eres selectivo y rebajas un poco tus expectativas, puedes disfrutar (y mucho) de Roma en dos días.
Aquí va nuestra propuesta para tomarle el pulso a la ciudad en un par de jornadas sin morir en el intento y viendo lo imprescindible.
¿Comenzamos?
Itinerario para visitar Roma en dos días
El siguiente itinerario está pensado para visitar Roma en 48 horas, pero no tienen que ser seguidas. Esto quiere decir que si vas a visitar Roma en un fin de semana puedes dividir cualquiera de los dos días entre la tarde del viernes y la mañana del domingo.
PRIMER DÍA EN ROMA – Mañana
Es nuestro primer día en Roma y vamos a empezarlo como se merece: visitando el Coliseo.
→ Comenzamos nuestra ruta desde el metro Colosseo (línea B).
Si es tu primera vez en la ciudad, seguro que te mueres de ganas por verlo, así que… ¿por qué dejarlo para el final? Después tendremos tiempo de darnos una vuelta por una Roma menos turística.
Para visitar el Coliseo te aconsejamos que compres la entrada con antelación desde su web oficial. La entrada combinada incluye el acceso al Coliseo, al Foro y a la colina del Palatino y te permitirá ahorrarte las largas colas de espera en taquilla y acceder directo al control de seguridad y al propio monumento.
El tiempo de la visita depende un poco del ritmo al que vayas, pero calcula, para los tres espacios, unas tres horas a buen paso.
Ahora que ya has visto lo más, más, más famoso de Roma, puedes quedarte tranquilo y continuar con el itinerario. Como la visita al Coliseo y al Foro te habrá llevado casi toda la mañana, es momento de buscar dónde comer por la zona del Coliseo, lo cual nos lleva a nuestra siguiente parada, el barrio de Monti.
En su origen Monti era el barrio donde habitaban los gladiadores (de ahí su cercanía al Coliseo, pues puedes llegar caminando desde allí); hoy uno de los barrios con más encanto de Roma, y pese a su progresivo proceso de hipsterización bien merece un paseo para comer algo y curiosear entre sus tiendas de segunda mano y sus galerías de arte.
Encontrarás nuestros restaurantes recomendados en el barrio de Monti en nuestro artículo Dónde comer en Roma.
Como puntos de interés turístico en el barrio de Monti no puedes perderte la Basílica de San Pietro in Vincoli; no te dejes intimidar por sus empinadas escaleras al subir, pues dentro te espera la impresionante escultura del Moisés de Miguel Ángel.
El centro de Monti lo constituye la pequeña Piazza della Madonna, donde se reúne la gente del barrio; también puedes darte una vuelta por la comercial Via del Boschetto, con sus bonitas fachadas y sus tiendas minúsculas.
De postre, no olvides probar un verdadero gelato italiano en alguna de sus heladerías.
PRIMER DÍA EN ROMA – Tarde
Para pasar la tarde te proponemos volver sobre tus pasos en un paseo de unos 15 minutos desde el barrio de Monti hasta llegar al Monumento a Víctor Manuel II.
Puedes subir hasta su primer mirador (es gratis) o pagar la entrada para utilizar el ascensor hasta el mirador superior. En todo caso, ya solo el primer mirador merece la pena por sus magníficas vistas hacia la Piazza Venecia y alrededores.
Al salir, dos posibles planes en función de tus gustos:
- Visitar los Museos Capitolinos, justo al lado del Monumento a Víctor Manuel II, a los que puedes acceder desde la Plaza de Campidoglio (sí, hay que subir unas cuantas escaleras). Son, en nuestra opinión, uno de los mejores museos de Roma si te gustan el arte y la historia antigua, y se recorren en un par de horas si te centras en ver las principales obras. Merece la pena entrar aunque solo sea por contemplar el atardecer sobre el Foro Romano desde el Tabularium, una galería abierta que te regalará una panorámica inolvidable.
- Adentrarte en el barrio judío de Roma, a los pies del cercano Teatro Marcelo. El barrio judío de Roma queda a menudo olvidado por los turistas que visitan la ciudad, y sin embargo, alberga algunos de los rincones más bonitos de la capital italiana. No tiene pérdida: baja por el lateral izquierdo de la Piazza D’Aracoeli (la plazoleta con jardín que verás frente a la escalinata que sube a los Museos Capitolinos) y gira a mano izquierda en cualquiera de sus callejuelas. Por su peculiar arquitectura y locales es un barrio que merece la pena recorrer sin rumbo fijo, deteniéndote en sus detalles, pero puedes tomar como referencia del centro del barrio la Fuente de las Tortugas. Esta zona es también un buen lugar para cenar por sus numerosos restaurantes, pero aléjate de sus calles más turísticas y anímate a probar las Carciofi alla giudia (alcachofas fritas, el plato típico de la cocina judía romana).
SEGUNDO DÍA EN ROMA – Mañana
Hoy vamos a dar un paseo muy completo por el centro histórico de Roma para conocer algunos de sus lugares más fotografiados.
→ Comenzamos nuestra ruta desde el metro Spagna (línea A).
Primero visitaremos la Plaza de España, con su famosa Scalinata di Trinità dei Monti. Si te animas a subirla obtendrás una vista preciosa de Roma (porque lo de hacer fotos desde abajo es complicado, con las omnipresentes parejas de novios haciéndose las fotos de boda rodeados de turistas armados con sus paloselfies).
Antes de abandonar la plaza, echa un vistazo a su característica Fuente de la Barcaza.
Continúa caminando hasta llegar a la Fontana di Trevi. El recorrido hasta allí dura unos 8 minutos a pie y no tiene pérdida: las calles se van estrechando y los turistas van aumentando, así que tampoco te comas mucho la cabeza ni te pegues un madrugón, porque casi a cualquier hora del día está llena. Si tienes un poco de paciencia, podrás hacerte una foto medio decente en la Fontana di Trevi y continuar hasta nuestra siguiente parada, el imponente Panteón de Agripa.
Si estás por la zona de la Fontana di Trevi, no te vayas sin tomarte un helado en la cercana Il Gelato di San Crispino (en Via della Panetteria 42). ¡Están riquísimos!
El Panteón de Roma se encuentra a menos de 10 minutos a pie desde la Fontana di Trevi, es gratis y sin duda merece la pena dedicarle unos minutos al interior. La cúpula es una verdadera obra de arte de la arquitectura clásica (¡piensa que lleva en pie casi viente siglos!).
Continúa caminando desde el Panteón de Roma 5 minutos más y cruza la comercial Corso del Rinascimento hasta desembocar en la Plaza Navona, una de las plazas más espectaculares de Roma. En la plaza detente unos instantes para admirar la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini.
Desde Plaza Navona puedes seguir hasta Campo de’ Fiori, otra plaza famosa donde todas las mañanas se celebra un mercado callejero de alimentos. No te preocupes si ya es por la tarde y no puedes ver el mercado: como comentamos en nuestro artículo sobre mercados en Roma, este mercadillo se ha convertido en una especie de atracción turística que ya no merece demasiado la pena, pero la plaza en sí y sus alrededores sí que son muy bonitos.
Y si la mañana te ha cundido y aún no has comido, en los alrededores de Campo de’ Fiori encontrarás muchísimos restaurantes. La alternativa económica si tienes miedo de caer en el típico restaurante-trampaparaturistas es que cojas algo para llevar en el Carrefour Express que hay junto a la plaza, donde incluso te hacen ellos mismos unos bocadillos en la charcutería o puedes comprar algún plato italiano de los que preparan en el día.
SEGUNDO DÍA EN ROMA – Tarde
Por último, vamos a despedir nuestra última tarde en Roma en su barrio más famoso y más romano: el Trastevere, con sus románticos rincones. Parece un pueblecito dentro de Roma.
Desde Campo de’ Fiori solo tienes que llegar hasta el Ponte Sisto, el puente más fotografiado de Roma, y cruzar al otro lado (a mitad de camino tienes la Galería Spada, y aunque no entres a verla, puedes asomarte a ver la curiosa falsa perspectiva de Borromini).
Una vez cruces el Puente Sisto, estarás en el Trastevere y puedes dedicar el resto de la tarde a perderte por sus callejuelas.
Apunta como paradas obligatorias un helado en Fior de Luna y una visita al interior de la Basílica de Santa María, tan deslumbrante con sus techos decorados con mosaicos de estilo bizantino.
Si tu viaje a Roma coincide con el fin de semana y tienes libre la mañana del domingo, no te pierdas el mercado de Porta Portese en el barrio de Trastevere. Este mercado de pulgas callejero comienza en Via Portuense y se extiende hasta el Viale di Trastevere y la Piazza de Porta Portese (suele comenzar sobre las 07:00 horas y terminar a mediodía). Si quieres visitar el mercado, puedes hacer la ruta de este segundo día al revés, empezando por el Trastevere y terminando en la Piazza de Spagna.
Por si te ha sabido a poco: algunos planes alternativos
Como te comentábamos al principio, nuestra ruta de dos días en Roma está pensada para hacer una primera toma de contacto con la ciudad, pasear por sus lugares más emblemáticos y perderse por algunos de los barrios con más historia.
No obstante, si en estos dos días prefieres optar por un turismo más intensivo, puedes sustituir alguna de estas propuestas por los siguientes planes:
- Conocer el Vaticano: esto incluye la Plaza de San Pedro, la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos (donde se encuentra la grandiosa Capilla Sixtina). Para ello es más que recomendable sacar con antelación la entrada (a los museos, pues la entrada a la basílica es gratis). Necesitarás escoger una fecha y hora concretas para comenzar tu visita; ten en cuenta que una visita al Vaticano en condiciones te llevará prácticamente un día completo.
- Pasear por el parque más famoso de Roma, Vila Borghese. Si viajas a Roma con buen tiempo y te apetece un plan relajado, puedes hacer un picnic en el parque de Vila Borghese. Es un parque enorme que incluye zonas para niños, un lago con alquiler de barcas y varios monumentos de interés. Junto al parque se encuentra una de las mejores galerías de Roma, la Galería Borghese, que solo puede visitarse en turnos de dos horas que deben reservarse con antelación. La Galería Borghese es una visita obligada para los amantes del arte, pues alberga una colección reducida pero impresionante; tenlo en cuenta si te apetece visitarla, pues las entradas suelen agotarse con varios días de antelación.
- Visitar otras iglesias monumentales, como la Iglesia del Gesú, con su impactante interior barroco; la Iglesia de San Pablo Extramuros, la segunda mayor basílica de Roma, peculiar y suntuosa (se puede llegar en metro a pesar de estar en las afueras de la ciudad) o la céntrica Basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos católicos predilectos del Papa.
Escojas el plan que escojas, el flechazo con Roma está garantizado, así que no te agobies: siempre hay que dejar algo pendiente para volver :)
¡Palabra de nómada!