Aunque no es de las más monumentales por sus dimensiones, la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin en Roma sí que es, sin lugar a dudas, una de las joyas de la ciudad en lo que a arquitectura religiosa se refiere.
Santa Maria in Cosmedin es completamente diferente a las numerosísimas iglesias barrocas de Roma; un pequeño tesoro no escondido, pero sí eclipsado por ese enorme disco de piedra que alberga en su pórtico, bautizado como Boca de la Verdad y que congrega hordas de turistas junto a él desde hace décadas.
Muchos pasan de largo de la iglesia una vez hecha la foto de rigor junto a la boca de piedra. Error. Porque esta es también una de las iglesias más antiguas de Roma, y formar parte de «lo más antiguo de Roma» es todo un mérito.
Data del siglo VI y, cuando entres, puede que te sorprenda porque, a priori, no se parece mucho a otras grandes iglesias de la ciudad debido a su decoración de estilo bizantino.
¿Quieres descubrirla?
Iglesia de Santa María in Cosmedin, historia de una basílica griega en Roma
Si algo caracteriza a la Iglesia de Santa Maria de Cosmedin es su eclecticismo: construida en el siglo VI sobre y con los restos de un antiguo templo romano ubicado en esta zona, fue reconstruida en estilo bizantino durante el siglo VIII, se le añadieron la torre del campanario en el siglo XII y un baldaquino gótico durante el XIII; se le incorporaron capillas y sacristías en los siglos siguientes y sería de nuevo decorada en estilo barroco durante el XVIII (aunque estos últimos elementos se eliminaron en el siglo XIX para devolverle a la iglesia su belleza medieval).
La decoración bizantina tiene una explicación sencilla, y es que es obra de los monjes que escaparon, a finales del siglo VIII, de los ataques iconoclastas promovidos por los emperadores de Constantinopla. Estos monjes, que se instalaron en Roma para mantener vivo el culto con imágenes, trabajaron al amparo del papa Adriano I, que les encargó la reconstrucción de la iglesia.
Pero hay otra pista que apunta a la influencia oriental de esta iglesia, y está en su nombre: “cosmedin” proviene de la palabra griega κοσμίδιον (“kosmidion”), que significa “bello, puro”.
No en vano, casi desde su fundación la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin fue conocida, popularmente, como Schola Graeca, por encontrarse en una zona llena de edificios de arquitectura bizantina.
Visitando el interior de la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin
Santa Maria in Cosmedin tiene una estructura sencilla: está compuesta por tres naves, una central y dos laterales, y un pórtico.
En las naves laterales aún pueden apreciarse algunas columnas pertenecientes a las antiguas construcciones romanas que se utilizaron como base para la iglesia.
También merece una visita el coro medieval, así como el campanario, cuya torre era la más alta de Roma durante la Edad Media.
Uno de los elementos más especiales de Santa Maria in Cosmedin es su suelo, elaborado en estilo cosmatesco, que reproduce formas geométricas. El adjetivo cosmatesco se debe a sus artífices, los Cosmati, una familia de marmolistas que también trabajaron en el pavimento de la Iglesia de San Juan de Letrán, y que se inspiraban en los mosaicos romanos para componer estos suelos geométricos.
Tampoco te pierdas la cripta, donde aún pueden apreciarse restos de frescos del siglo VIII y donde se custodian, en nichos, las reliquias de los peregrinos.
Por último, echa un vistazo al mosaico también del siglo VIII conservado en la Sacristía.
En Santa Maria in Cosmedin fueron elegidos varios papas, y también es el lugar donde se custodia la cabeza de uno de los Cuatro Santos Coronados, cuatro soldados romanos torturados hasta la muerte por orden del emperador Diocleciano, condenados al no renunciar a su fe cristiana. Aunque sus reliquias están conservadas en los sarcófagos de la Basílica de los Cuatro Santos Coronados (también en Roma), la cabeza de uno de ellos se encuentra en Santa Maria in Cosmedin.
La iglesia de la boca más famosa de Roma
Como te comentábamos al principio, la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin alberga, en el lateral de uno de los muros de su entrada, la Boca de la Verdad, que atrae miles de visitantes todos los días y que ha convertido este sitio en uno de los lugares imprescindibles que ver en Roma.
Por supuesto, la Boca de la Verdad es motivo suficiente para acercarse hasta la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin; pero si vas a poner a prueba tu honestidad ante la Bocca della Veritá, no olvides entrar también en Santa Maria in Cosmedin y visitar el interior y las criptas.
Al terminar la visita a la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin, puedes acercarte hasta el Circo Máximo, que está al lado. También puedes caminar hasta el Trastevere cruzando la Isla Tiberina y el Puente Cestio o subir la colina aventina para explorar el Jardín de los Naranjos con su mirador y descubrir el curioso Buco della Serratura.