Pocos monumentos pueden presumir tanto como el Panteón de Roma a la hora de hacernos viajar en el tiempo; el Panteón de Agripa se alza en pleno centro de Roma, en la concurrida Piazza della Rotonda, y allí ha permanecido desde hace siglos, convertido en el monumento mejor conservado de la Antigua Roma.
Construido (y reconstruido) en varias ocasiones, este templo dedicado a todos los dioses romanos lleva siendo testigo mudo de la vida de la ciudad desde el siglo I a.C., y sin duda es una de esas visitas absolutamente imprescindibles en Roma.
El Panteón de Agripa… ¿o el Panteón de Adriano?
En su origen, el primer Panteón de Roma lo mandó construir el general Marco Agripa en el siglo I a.C.
Agripa fue amigo íntimo del emperador Octavio Augusto y uno de los militares más destacados de la historia romana; mandó construir el panteón como homenaje a la victoria en la batalla de Actium, en la que las tropas de Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotadas.
Pero ese panteón no es el panteón que vemos hoy (además, esta localización, en aquel momento, se encontraba fuera de Roma, en unos terrenos propiedad de la familia imperial).
¿Qué sucedió?
Que un gran incendio arrasó con él, y sería ya el emperador Adriano, un siglo después, quien ordenaría su reconstrucción, dando lugar al templo que hoy podemos contemplar.
Igualmente, el Panteón de Roma se volvió a construir siguiendo los planos originales de Agripa, excepto por la orientación del edificio, que sí se modificó, y mantuvo su denominación de Panteón de Agripa (nombre que aparece también, si te fijas, en la inscripción del frontón de la fachada central). Y es que al emperador Adriano, por lo visto, no le gustaba que su nombre quedara reflejado en los edificios que mandaba construir.
De Panteón de Roma a iglesia cristiana
Desde el momento de su construcción, el Panteón de Roma fue uno de los templos religiosos más notables de la ciudad: consagrado a todos los dioses (como su propio nombre indica, pues pan-theos significa, en griego, todos los dioses), en el siglo VII, en plena Edad Media, fue regalado a la iglesia, y sería el Papa Bonifacio IV quien lo transformaría en la iglesia católica que es hoy, manteniendo su planta cilíndrica y conservándolo prácticamente intacto hasta la actualidad.
Esta conversión salvaría al Panteón de ser destruido o desmantelado para la construcción de otros monumentos de la ciudad, práctica más que habitual durante esta época.
La mayor cúpula de Roma
Sí, sí, como lo lees.
La cúpula del Panteón de Roma continúa siendo, a día de hoy, la de mayores dimensiones de la ciudad y una de las más grandes en todo el mundo.
¿Y la de la Basílica de San Pedro en el Vaticano…?
…pues lo cierto es que la del Panteón es más grande, con sus 43 metros de diámetro.
Podrás imaginar que, para la época en que se construyó, levantar (y sostener) una cúpula de semejante tamaño no fue tarea fácil, y de hecho el Panteón de Agripa está considerado una de las mejores obras de ingeniería de todos los tiempos.
¿Cómo se consiguió?
Los mecanismos fueron varios, pero la clave reside en la piedra volcánica que se utilizó para rellenarla (en lugar del habitual acero), mucho más ligera.
En el centro de la cúpula del Panteón verás un gran óculo, único espacio que permite pasar la luz hacia el templo.
¿Cuál es el significado del Panteón de Roma?
La cúpula del Panteón, con sus dimensiones casi perfectas, está cargada de simbolismo, pues representaba el Cosmos griego. Un espacio abierto (a través del óculo) y cerrado (por las paredes circulares de la base del edificio) a un mismo tiempo, que conectaba a hombres y dioses.
Por lo demás, la estructura del Panteón de Roma es sencilla: un edificio circular rematado por la cúpula con el óculo abierto al cielo, y una entrada rectangular de líneas muy clásicas, que recuerda a los templos griegos, y que cuenta con 16 columnas que sostienen el frontón donde aparece la inscripción que recuerda que fue construido por Agripa.
El interior del Panteón de Roma
Durante la época romana, el Panteón de Agripa albergaba en las capillas las estatuas de siete dioses romanos, apenas iluminadas por los rayos del sol que entraban a través del óculo. La luz fue muy importante en la concepción de este edificio, siempre medio en sombra, lo que le confiere una atmósfera solemne que entenderás en cuanto atravieses su entrada.
Algunos elementos de este período inicial se han conservado hasta hoy, como el recubrimiento de mármol del suelo.
Aparte de observar de cerca la impresionante arquitectura del edificio, dentro del Panteón de Roma puedes ver las tumbas de varios reyes italianos, entre ellos el polémico Víctor Manuel II, además de su hijo Umberto I y Margarita de Saboya.
Quizás la parada más interesante dentro del Panteón de Roma sea la tumba de Rafael, uno de los grandes maestros del Renacimiento.
Una lluvia de pétalos desde la cúpula del Panteón
Todos los años, el domingo de Pentecostés a las 12:00 horas, se lanzan miles de pétalos de rosa a través del óculo del Panteón de Roma, que simbolizan la sangre de Cristo.
Un espectáculo de lo más bonito, que no te puedes perder si estás en la Roma por esas fechas (el domingo de Pentecostés suele caer entre finales de mayo y principios de junio)
Visitar el Panteón de Roma: algunos consejos
- Continúa ejerciendo como iglesia católica, por lo que durante la celebración de misas en el Panteón de Roma y otras ceremonias, no es posible visitarlo.
- El resto del tiempo, puedes entrar a verlo gratis, aunque ten en cuenta que suele estar bastante concurrido y a veces, hay que esperar cola porque se restringe el aforo de visitantes.
- Si vas a última hora de la tarde, hay menos gente y la luz que inunda el templo es preciosa. Además, verás el Panteón iluminado, y como está en una zona con mucho ambiente nocturno, puedes aprovechar para tomar algo por allí.
- Dentro se pueden hacer fotografías sin problemas, pero no se pueden usar trípodes, ni entrar con mascotas, ni llevar la cabeza tapada (sí se puede entrar con carrito de bebé). Las recomendaciones habituales cuando se visita una iglesia.
¡No te pierdas el monumento mejor conservado de la antigua Roma!