Castillo de Sant’Angelo

El Castillo de Sant’Angelo en Roma es todo un icono de la ciudad.

Oficialmente Museo Nazionale di Castel Sant’Angelo; extraoficialmente mausoleo, fortaleza y cárcel.

Porque el Castel de Sant’Angelo ni es un castillo, ni lo parece.

Y es que en su origen, fue pensado como el gran mausoleo donde se enterrarían el emperador Adriano y la familia imperial.

De hecho, ni siquiera se encontraba dentro de Roma, pero con el paso de los siglos y el crecimiento de la ciudad quedó, irónicamente, situado en pleno centro de ella, lo que lo convertiría en una fortaleza muy codiciada por la cercana Ciudad del Vaticano.

Hoy en día, este imponente «castillo» custodia la entrada al Vaticano por el Puente Sant’Angelo y sin duda se ha convertido en una de las visitas estrella de esta zona de Roma.

¡Vamos a descubrirlo!

La apasionante historia del Castillo de Sant’Angelo

Como decíamos antes, el Castillo de San’t Angelo fue, primero, la Mole Adrianorum, es decir, la tumba proyectada por el emperador Adrianao para que descansaran sus restos tras su muerte (siglo II). Era el propio Adriano quien conducía la cuadriga que coronaba el castillo, pero el mausoleo sería terminado ya después de su fallecimiento, y sus cenizas depositadas en el castillo poco después.

Si has paseado por la otra orilla del Tíber, seguramente te suene este tipo de construcción con planta cilíndrica y piedra rojiza, y es que para construir el Castillo de Sant’Angelo se inspiraron en el mausoleo de Augusto (que encontrarás a dos pasos del Ara Pacis), si bien este último no corrió tanta suerte y su estado de conservación, pese a los últimos procesos de restauración, es bastante precario.

Pero el Castillo de Sant’Angelo acabaría teniendo un sentido mucho más práctico que el de mero mausoleo: cuando en la Edad Media, tras el gran crecimiento de Roma, quedó integrado intramuros, se convirtió en una de las principales fortalezas de la ciudad.

En sucesivos siglos, con el auge imparable del poder del Vaticano, distintos papas abogaron por la ampliación del castillo y el refuerzo de sus murallas, convirtiéndolo en residencia papal y en el verdadero bastión del Cristianismo, que resistió varios ataques de los pueblos germánicos y hasta el asedio de las tropas del emperador Carlos I.

Después, el Castel de Sant’Angelo ejercería como cárcel de la Inquisición, y seguiría siendo prisión hasta el principios del XX, cuando el Estado italiano, que había adquirido su propiedad un siglo antes, lo convertiría en museo.

El Passetto di Borgo…

Seguro que has oído hablar del famoso Passetto di Borgo, un túnel construido por el Vaticano que lo conectaba con el Castillo de Sant’Angelo; fue construido en el siglo XIII, en tiempos difíciles para la Iglesia, como vía de escape para el Papa y su familia en caso de que las cosas se pusieran feas en el Vaticano.

Y por cierto: a día de hoy, sigue existiendo :)

…y el saqueo de Roma

Y de hecho, tuvo que ser utilizado: sería a través de este túnel por el que el Papa Clemente VII escaparía de Roma durante el asedio de Carlos I que hemos mencionado antes, conocido como el Saco de Roma, en el que sus tropas masacraron a los soldados que protegían el Vaticano junto a la Basílica de San Pedro (dando tiempo, así, a que el Papa pudiera refugiarse en el Castillo de Sant’Angelo a través del Passetto) y dieron rienda suelta a todo tipo de pillajes a lo largo y ancho de la ciudad.

Imagina cómo sería el saqueo que el emperador Carlos I acabaría pidiendo disculpas formales al Vaticano poco después: desaparecieron cientos de obras de arte que estaban en poder de la familia papal y la nobleza de la ciudad, y las víctimas fueron cuantiosas.

Un nombre poco romano: ¿el Castillo de Sant’Angelo?

El origen del nombre con el que hoy conocemos el castillo no es el mismo con el que fue fundado, sino que sería rebautizado en el siglo VI, cuando el papa Gregorio Magno ordenó colocar en su parte más alta la estatua de un ángel, fruto de una premonición en la que se le había aparecido el arcángel Miguel anunciándole el fin de la epidemia de peste que asolaba Roma.

El Castillo de Sant’Angelo por dentro, que ver en el interior

Como ya habrás adivinado, el hecho de que el Castillo de Sant Angelo se convirtiera en residencia de papas supuso que su interior se decorase profusamente con frescos renacentistas y obras de arte y mobiliario de gran valor.

El denominado Museo Nazionale di Castel Sant’Angelo tiene diferentes estancias que nos permiten «pasear» por sus distintas funciones a lo largo de la historia: como mausoleo, como palacio, como cárcel y, finalmente, como museo.

Estos son los lugares que no te puedes perder si vas a visitar el Castillo de Sant’Angelo:

  • La rampa helicoidal, que rodea todo el castillo conectando los cinco pisos, y que conduce hasta la Cámara de las Cenizas, donde se encuentra la urna con las cenizas del emperador Adriano.
  • Las estancias papales, decoradas con preciosos frescos que representan escenas de la mitología clásica.
  • Las logias, galerías en altura construidas por los sucesivos papas para que la guardia pudiera vigilar el castillo desde todos sus ángulos. Hoy nos sirven como miradores, que nos permiten contemplar unas vistas de Roma excepcionales.
  • El Patio del Ángel, donde se encuentra la escultura original del ángel que mandó erigir el papa Gregorio Magno (la que se puede ver en lo alto del castillo es posterior).
  • El Patio de la Ballesta, donde estaca su pozo ornamentado, situado en uno de los laterales.
  • El museo propiamente dicho, que incluye una completa colección de pintura y escultura y, lo más especial, una exposición de armas y armaduras de época medieval.
  • Las antiguas prisiones y la Stufetta de Clemente VII, una especie de baño utilizado por el papa y dotado de un sofisticado sistema de calefacción que emulaba los baños romanos.

¿Merece la pena visitar el Castillo de Sant’Angelo?

Muchos turistas se preguntan si merece la pena visitar el interior del Castillo de Sant’Angelo, ya que a menudo suele combinarse esta visita con la del Vaticano y, si tienes intención de ver con calma los Museos Vaticanos, no hay tiempo para visitarlo todo en un solo día.

Nosotros consideramos que, si dispones de al menos un par de horas extra en tu viaje a Roma, merece la pena visitar el Castillo de Sant’Angelo, como mínimo para ver las estancias papales y disfrutar de una de las mejores vistas de Roma desde las logias y desde su terraza superior.

2 consejos para visitar el Castillo Sant’Angelo

  • El Castillo de Sant’Angelo tiene aforo limitado: si pretendes visitarlo en temporada alta (verano, Semana Santa o puentes) lo más práctico es que saques tu entrada con antelación o acudas a primera hora de la mañana para evitar colas. Y si tienes las tarjetas Roma Pass u Omnia Card, puedes entrar directamente sin esperar la cola.
  • No se pueden visitar por libre las antiguas prisiones y la Stufetta de Clemente VII, que solo se pueden ver mediante una visita guiada en grupo denominada «Il Castello Segreto», que está incluida en la entrada general, pero para la que te tienes que apuntar en la taquilla con antelación (solo se realiza en italiano y en inglés).

¿Es posible entrar gratis al Castillo de Sant’Angelo?

Sabemos que en una ciudad como Roma, con tantos lugares de interés que ver, el presupuesto del viaje se puede ver bastante resentido si sumamos el importe de la entrada a todos estos sitios.

Tenemos buenas noticias: el Castillo de Sant’Angelo es uno de esos lugares que nos permite ahorrarnos la entrada si organizamos bien nuestro itinerario, pues se puede visitar gratis el primer domingo de mes (entre octubre y marzo).