Necrópolis de Glasgow

Algunos dirán que eso de visitar un cementerio es más bien macabro.

Pero lo cierto es que la necrópolis de Glasgow es algo más que eso; una descripción acorde a la realidad es que se trata de un hermoso jardín sobre una colina, con el pequeño detalle de que está lleno de tumbas y árboles proyectando su sombra aquí dando lugar a un escenario que parece sacado de una película de Tim Burton.

Es, sin duda, el más famoso de los cementerios de Glasgow, que como no podía ser menos y al igual que otras grandes ciudades escocesas, como Edimburgo, cuenta con cementerios de gran belleza entre los que destaca esta necrópolis situada junto a la Catedral de Glasgow.

Si vas a viajar por Escocia, comprobarás que este estilo de cementerios-parque es muy común, y son espacios donde pasear, relajarse o leer un libro tan comunes para los escoceses como cualquier otro.

No te extrañará, entonces, que la necrópolis de Glasgow fuera diseñada por un paisajista en lugar de por un arquitecto.

¿Nos adentramos en ella?

El cementerio victoriano de Glasgow

La belleza de la necrópolis de Glasgow no es casual, pues data de principios del XIX, albores de la época victoriana, en la que este tipo de cementerios cuajados de grandes monumentos funerarios alcanzaron su máximo esplendor y era construidos en las afueras de las ciudades más pujantes del momento (en el momento de su inauguración, en 1833, la necrópolis de Glasgow se encontraba fuera de los límites de la ciudad).

Dicen que su diseño está inspirado en el del famoso cementerio Pere Lachaise de París, uno de los pioneros en lo que a cementerios destinados a las clases altas se refiere; la verdad es que ambos cementerios son visitas imprescindibles en sus respectivas ciudades, y una buena forma de acercarnos al arte funerario del XIX.

La forma de tratar todo lo que gira en torno a la muerte refleja perfectamente los usos y tendencias estéticas de la época y, sobre todo, de quienes se enterraban en este tipo de camposantos). Al pasear entre las tumbas de la necrópolis de Glasgow, a pesar de la anarquía de su disposición (fruto, evidentemente, de los años) resulta fácilmente perceptible su carácter aristocrático, producto de una ciudad que experimentaba un momento de esplendor comercial y una incipiente industrialización.

De hecho, la conversión de los terrenos donde hoy se asienta en necrópolis, conocidos como The Craigs, fue impulsada por la Merchant’s House, una asociación de empresarios de éxito que había adquirido este solar hacía ya casi un par de siglos.

No en vano, muchos de sus mausoleos y monumentos funerarios fueron diseñados por escultores y arquitectos reputados de la época. En total, esta necrópolis tiene más de 3.500 tumbas registradas (aunque se calcula que existen miles de enterramientos más bajo su superficie).

Visitas guiadas en la necrópolis de Glasgow

La entrada a la necrópolis de Glasgow es completamente libre dentro de su horario de apertura, pero como es bastante extensa, puedes apuntarte a alguna de las visitas guiadas (en inglés) que organiza la asociación de amigos de la necrópolis.

Salen algunos viernes, sábados y domingos de cada mes en distintos horarios y aunque son gratis, hay que apuntarse con antelación en su web: www.glasgownecropolis.org

Si la visitas por libre, una vez en el interior de la necrópolis de Glasgow, no te pierdas la escultura de John Knox, líder de la Reforma Escocesa, inconfundible predicando desde su pedestal elevado sobre una columna; el monumento homenaje a Mackintosh, que aunque no está enterrado aquí, sí que trabajó en varios de los monumentos funerarios de la necrópolis, o el mausoleo Douglas Monteath, que evoca una pequeña iglesia con una curiosa decoración de inspiración hindú.

Un gran mirador sobre Glasgow

La situación elevada de la necrópolis la convierte en uno de los mejores miradores de Glasgow, sobre todo al atardecer, cuando el cielo se va tiñendo de tonos de rosa y naranja regalándonos una panorámica única de la ciudad.

Si te apetece visitar este enigmático lugar, te aconsejamos hacerlo por la tarde, después de haber visto la Catedral de Glasgow.

Puedes llegar a la necrópolis de Glasgow desde allí atravesando el Bridge of Sighs o Puente de los Suspiros, que en el siglo XIX era recorrido por los cortejos fúnebres que se dirigían hacia el cementerio.

Si vas a visitar la Catedral de Glasgow, desde Guías Nómadas te aconsejamos que no te pierdas la cercana necrópolis. Un paseo a buen ritmo, por lo menos para ver lo esencial y capturar la esencia de un lugar tan especial, te llevará un par de horas como máximo.