Es enero, hace un frío que pela y las Navidades te han dejado un agujero en la cartera. Te pasas el día en la oficina pensando en todas esas playas exóticas donde te gustaría estar ahora mismo (confiésalo: tienes puesta la isla de la palmera de Windows como fondo de pantalla).
El caso es que comienza un año nuevo y ya te pica el gusanillo de hacer una escapada, pero las vacaciones de verano aún quedan muy lejos y para colmo este año tampoco te ha tocado la lotería, así que lo de retirarte tampoco es una opción.
¡No desesperes! No tienes por qué dejar de viajar. Aquí te presentamos nuestra selección de los destinos europeos (o cercanos) más baratos para viajar en 2015. Todas estas ciudades pueden visitarse en 2 ó 3 días y son una gran alternativa para bolsillos pequeños.
1. Lisboa
La capital portuguesa es una opción perfecta (y adictiva) para escaparse durante unos días. ¿Sus ventajas? Está cerca, es barata, tiene un clima suave y una estupenda gastronomía. Si hacéis coincidir vuestro viaje con un primer domingo de mes, tendréis acceso gratuito a muchos monumentos, como el Monasterio de los Jerónimos, y la mayoría de encantos de Lisboa son gratis y están al aire libre: el viejo barrio de la Alfama, la famosa Plaza del Comercio o los numerosos miradores que hay repartidos por la ciudad.

Si os apetece escapar del bullicio de la ciudad durante un día, acercarse a Sintra puede ser una gran opción. Esta preciosa villa situada en un entorno natural espectacular y a apenas media hora desde Lisboa está declarada Patrimonio de Humanidad por la UNESCO.
¿Cuánto me va a costar?
- Para llegar podéis hacerlo en coche o en avión, con alguna de las compañías que ofrecen vuelos baratos a Lisboa desde varias ciudades españolas, como Easyjet.
- Alojarse en Lisboa tampoco es caro: por 50 €/noche tenéis habitaciones dobles en hoteles céntricos.
- Comer barato en Lisboa, además de fácil, es toda una experiencia: la ciudad cuenta con una gastronomía variada, que aúna restaurantes de cocina-fusión con casas de comidas tradicionales donde se puede comer el prato do dia por poco más de 4 euros.
2. Marrakech
A veces nos apetece salir de Europa, ver cosas diferentes a lo acostumbrado, «exóticas», pero no tenemos tiempo ni presupuesto para irnos demasiado lejos. En este sentido, Marrakech puede ser una gran alternativa para viajar lejos estando muy cerca. A apenas un par de horas en avión desde la península, la ciudad marroquí cuenta con numerosos atractivos culturales, gastronómicos y de ocio.

Fotografía: Walker Carpenter
Los amantes de la fotografía quemarán la cámara en esta ciudad llena de estímulos y rodeada por un paisaje impresionante. ¿Un lugar? El Jardín Majorelle, un bellísimo jardín botánico propiedad de Ives Saint Laurent donde nos sentiremos parte de un cuadro.
¿Cuánto me va a costar?
- Lo más auténtico es alojarse en un riad, antiguas casas particulares hoy convertidas en casas de huéspedes. Los hay para todos los gustos y bolsillos, pero podéis encontrar riads de calidad, con baño privado (normalmente con desayuno incluido, un concepto similar a los Bed & Breakfast ingleses) por entre 15 y 30 € la noche.
- Comer barato en Marrakech tampoco es difícil, pues hay restaurantes de todos los rangos de precios. Lo más típico es el cous cous (que se acompaña con caldo, algún tipo de carne y verduras) y el tajín (un guiso de carne de cordero o de pollo con verduras, servido en un recipiente de barro con forma cónica). Se pueden probar ambos platos en la mayoría de restaurantes por entre 5 y 10 € por persona.
3. Budapest
Budapest es, por su monumentalidad, una de las ciudades más turísticas de Europa. No obstante, ha sabido gestionar ese turismo sin perder autenticidad y es sin duda una de las mejores escapadas que podéis hacer por Europa.
¿Qué hacer en Budapest? Además de conocer el magnífico edificio del parlamento (para el que hay que apuntarse a alguna de las visitas guiadas que se ofrecen a diario en varios idiomas), se puede cruzar al otro lado del río y recorrer el Bastión de los Pescadores; ir de tiendas por la gran avenida Andrássy, saborear un riquísimo goulash o pasear por la orilla del Danubio.

Relajarse en alguno de sus muchos baños termales es ya un clásico en la ciudad (y no penséis que se trata de la típica turistada, pues los locales también hacen uso de ellos habitualmente). ¿La mejor opción? Los baños Szechenyi. Baratos, limpios y muy, muy bonitos. Si vais en invierno, bañarse en la piscina de agua caliente al aire libre es toda una experiencia. La entrada para todo el día (con cabina privada donde cambiarse y dejar la ropa incluida) cuesta, al cambio, unos 14 €.
Por si fuera poco, la capital húngara tiene una de las mejores vidas nocturnas, con discotecas y pubs distribuidos por toda la ciudad. Además, la noche de Budapest cuenta con unos establecimientos muy especiales, los «bares de ruina», antiguos edificios rehabilitados como clubs o discotecas, decorados con estilo y con muy buen ambiente.
¿Cuánto me va a costar?
- Comer en Budapest es muy barato, y por añadidura, se come bastante bien. Un plato de goulash en un restaurante sencillo puede salir por unos 4/5 €.
- Dormir barato también es muy fácil (se puede encontrar un buen hotel o apartamento por menos de 30-40 € la noche) y compañías low cost como Wizz Air ofrecen vuelos directos y a buen precio.
4. Cracovia
Esta pequeña ciudad polaca es una de las joyas centroeuropeas y un lugar perfecto para acercarnos a dos períodos de la historia muy bien representados en Cracovia: la Edad Media y la Segunda Guerra Mundial.

Fotografía: Corinne Cavallo
Desde Cracovia, además, se pueden hacer dos excursiones que merecen totalmente la pena: la primera es a las minas de sal de Wieliczka, un impresionante complejo bajo tierra conocido como «la catedral subterránea», que además de varias galerías y esculturas hechas en sal alberga la capilla de Santa Kinga, la mayor del mundo en su estilo. La segunda visita es al antiguo campo de concentración de Auschwitz, un lugar sobrecogedor con una gran relevancia histórica y que nos conduce por uno de los episodios más tristes de nuestra historia reciente.
¿Cuánto me va a costar?
- Se puede dormir en Cracovia por unos 30 €/noche la habitación doble.
- Comer en Cracovia es muy barato, gracias a los numerosos puestos callejeros o a los curiosos bares de leche, antiguas casas de comidas soviéticas. Si preferís ir a un restaurante, en la mayoría comeréis bien (las raciones son abundantes) por menos de 10 € por persona.
- Para ahorrar en las visitas, merece la pena comprar la Krakow Tourist Card, una tarjeta turística que incluye transporte público y entrada a algunos de los principales monumentos.
5. Oporto
Ya sabemos que Portugal es una alternativa económica para viajar. A veces Oporto, que es una de sus ciudades más interesantes, queda injustamente eclipsada por Lisboa. No obstante, merece la pena visitarla (y se ve bien en un par de días).
Algo decadente y caótica, Oporto posee una de las riberas más bellas que hemos visto. A un lado, viejas casas de colores a orillas del Duero. Al otro, algunas de las bodegas más famosas, a las que podemos hacer una visita (hay barcos que recorren y paran en varias de ellas) y participar en una cata de vinos.

Y no solo de vino vive Oporto, pues allí se encuentran algunos de los mejores restaurantes de Portugal y lo mejor es que son bastante económicos (imprescindibles los bocadillos de jamón asado de «Casa Guedes»). Si disfrutáis con un buen pescado o marisco, Oporto es vuestro destino.
¿Cuánto me va a costar?
- Se puede dormir en Oporto en habitación doble con baño privado por unos 45 €/noche (os recomendamos, por comodidad y por situación, el hotel Ibis Porto Centro).
- Una cena para dos personas (con bebida y postre incluidos) no suele pasar de los 20 € en la mayoría de restaurantes, y si os alojáis por el centro no tendréis que pagar transporte público, pues todo el casco histórico se recorre perfectamente a pie (eso sí, hay muchas cuestas).
6. Praga
A pesar de ser uno de los destinos más turísticos de Europa (algo comprensible viendo la belleza de la ciudad), aún es posible viajar a Praga con un presupuesto bastante ajustado.
En Praga tampoco hace falta gastar mucho dinero en entradas a museos y monumentos, porque lo más interesante está al aire libre y puede verse a pie. Praga es una ciudad para perderse, para descubrir cada rincón de Mala Strana, admirar las torres puntiagudas de la ciudad vieja y pasear por el famoso Puente de Carlos.

Además, Praga esconde lugares únicos, como el muro de John Lennon, la original Casa Danzante o el antiguo cementerio judío (cuya entrada incluye también la visita a varias sinagogas).
Por si fuera poco, desde Praga se pueden conocer dosde los lugares más interesantes de la República Checa: el primero es Karlovy Vary, una ciudad balneario situada muy cerca de la frontera alemana, llena de parques y jardines y con mucha historia. En dirección contraria, hacia el sur del país, encontraremos el pequeño pueblo medieval de Český Krumlov: una auténtica joya que merece la pena explorar.
¿Cuánto me va a costar?
- Dormir en la capital checa en un hotel correcto cuesta entre 30 € y 50 € por noche la habitación doble (y hay hostels por menos de 20 €), con desayuno incluido y situación céntrica.
- El transporte tampoco es excesivamente caro (un abono de transporte público de 24 horas sale por unos 4 €).
- La comida, basada en platos contundentes y raciones abundantes, es muy económica. Los amantes de la cerveza disfrutarán de lo lindo porque en Praga, además de buena, es muy, muy barata (por aproximadamente 1,5 € podemos beber medio litro).
7. Liubliana
Estamos seguros de que Eslovenia es uno de los destinos que van a despuntar en los próximos años. Un país que aúna una naturaleza impresionante con un vasto patrimonio cultural, algo que se hace patente en su capital, Liubliana, una ciudad pequeña y recogida, y sobre todo coqueta. Un adjetivo muy cursi pero que define perfectamente su esencia: edificios cuidados, terrazas y restaurantes decorados con gusto y un paseo a los lados del río Ljubljanica donde da gusto sentarse a no hacer nada y escuchar a los músicos callejeros.

Fotografía: Ramón
El Puente Triple, el Parque Tivoli o la catedral de San Nicolás son algunos de los lugares de visita obligada en esta capital que puede recorrerse en apenas un par de días. ¿Su atracción principal? El castillo de Liubliana, presente en la ciudad desde el siglo XV y al que se accede en funicular para disfrutar de la mejor panorámica de la capital eslovena.
Si os animáis a alquilar un coche a menos de 45 minutos de Liubliana tenéis Bled, en plenos Alpes Julianos, uno de los lugares más impactantes de Europa, perfecto para pasar un día de verano navegando en barca o bañándose en el lago.
¿Cuánto me va a costar?
- Se puede dormir en Liubliana por entre 40 y 50 € la noche.
- Para comer bien no hace falta gastarse más de 10-12 € por persona.
8. Tallín
La capital de Estonia es uno de esos pequeños tesoros que aún están por despuntar en el turismo europeo: una larga historia de ocupaciones extranjeras sucede a esta bellísima ciudad, que posee uno de los cascos antiguos mejor conservados de Europa. Viajar a al Tallin es viajar a la Edad Media, a las viejas casas de los comerciantes (pues por su posición estratégica en el Golfo de Finlandia, Tallin siempre fue una ciudad dedicada al comercio), a las calles adoquinadas que se retuercen hasta confluir en la Raekoja Platz, la Plaza del Ayuntamiento, presidida por la altísima torre rematada con la figura de Vana Toomas, un antiguo guerrero símbolo de la ciudad.

Fotografía: Iraia Martínez
Aparte de su centro histórico, Tallin alberga otros atractivos culturales, como el Museo de Arte de Estonia (con una de las mejores colecciones del norte de Europa), la impresionante catedral de Aleksander Nevski, el distrito de Pirita o el palacio Kadriorg.
¿Cuánto me va a costar?
- Hay habitaciones dobles en pleno casco antiguo (Vanalinn) por entre 30 y 50 € la noche.
- Es fácil comer (y muy bien) en Tallin por unos 10 € por persona. Hay que probar el Verivorst, una especie de morcilla típica de Estonia, y la Saku, la cerveza más famosa del país.
9. Split
Al sur de Croacia se encuentra esta ciudad portuaria, una de las más importantes del país y un punto estratégico para visitar las miles de islas que rodean la costa dálmata, como Hvar, una de las más importantes.

Fotografía: Ramón
Pero el principal foco de atracción de Split es el magnífico palacio de Diocleciano, uno de los palacios romanos mejor conservados de Europa. Hay que dejarse llevar por este vasto complejo amurallado, donde el emperador pasó sus últimos días, para comprender por qué tiene vida propia: columnatas, sótanos, varios templos y numerosas galerías por las que en su día transitaron miles de personas y que hoy constituyen un auténtico laberinto del siglo IV, en el que perderse en un verdadero privilegio.
¿Cuánto me va a costar?
- Para dormir de forma económica, como en el resto de Croacia, lo mejor es recurrir a los sobes: habitaciones en casas particulares cuyo precio (que suele ser negociable en la mayoría de los casos) no suele pasar de los 30 € por noche. Los encontraréis sin problemas (y sin reserva) porque se anuncian por toda la ciudad.
- De la gastronomía croata hay poco que decir: lo mejor es probarla. Una pista: no os perdáis el arroz negro. Una cena con vino para dos personas puede salir por unos 30-35 €.
- ¿Cómo llegar a Split? Vueling ofrece varios vuelos semanales a Split desde Madrid y Barcelona.
10. Riga
Aunque es casi una desconocida para la mayoría de viajeros, la capital de Letonia es la ciudad más importante del mar Báltico, y su centro está declarado Patrimonio de la Humanidad gracias a su arquitectura art-nouveau, uno de los mejores ejemplos en todo el mundo.

Fotografía: Bryan Ledgard
Riga posee unos cuantos símbolos turísticos, como el Monumento a la Libertad o la iglesia luterana de San Pedro, reconstruida tras ser bombardeada en la Segunda Guerra Mundial y que permite contemplar Riga a más de 70 metros de altura. Pero lo mejor de Riga es su papel como testigo de algunos de los episodios más importantes de la historia contemporánea. Ocupada por vikingos, alemanes y soviéticos a lo largo de su existencia, la capital letona es una de esas viejas ciudades europeas que ha sabido curarse las heridas y resurgir como un importante centro político, económico y cultural.
¿Cuánto me va a costar?
- Gracias a la proliferación de vuelos de compañías low cost (como Wizz Air), la oferta de alojamiento en Riga se ampliado considerablemente en los últimos años, y es posible encontrar habitaciones dobles en hostels y hoteles modernos por menos de 40 € la noche.
- Como sucede con su vecina Tallin, la gastronomía letona se basa en platos de carne y pescado, aunque al tratarse de una gran ciudad hay oferta para todos los gustos y bolsillos. Imprescindible tomar algo en alguno de los krogs, las tabernas típicas.