Con los años, y unos cuantos viajes (y contracturas) a las espaldas, hemos aprendido cómo hacer la maleta de forma eficiente. O, al menos, a no cargar con un maletón de esos que te provocan una hernia discal cuando te toca cargarlos tres pisos porque el ascensor de tu alojamiento está averiado.
Seguro que alguna vez se te ha dado el caso de volver de viaje y descubrir en la maleta varias prendas que no has utilizado durante toda la estancia, y que aún así tienes que volver a lavar porque tienen ese característico «olor a maleta», con el gasto energético que eso conlleva (y la pereza que da…).
Y seguro, segurísimo, que también has sufrido en tus propias carnes la típica escena de sentarte como un indio encima de la maleta mientras a tu acompañante se le hincha cada vez más la vena del cuello mientras lucha por cerrarla.

Fotografía: Tony & Wayne
Si eres de los que alguna vez han temido que su maleta estallara mientras la cargaban en la bodega del avión haciendo volar tus intimidades en todas direcciones, este post es para ti: ahí van nuestros trucos para saber qué meter en la maleta.
Olvídate de los porsiacasos…
Está muy bien llevar un par de camisas o unos tacones «por si acaso» te da por celebrar una cena romántica o te echas como amigo a un multimillonario que te invita a una fiesta en su casa de verano, pero la realidad es que las camisas van a llegar hechas una bola, los tacones ocupan demasiado espacio y no vas a conocer a ningún multimillonario. Es que la televisión ha hecho mucho daño.

Fotografía: Kitty Terwolbeck
Es bastante más probable que acabes tomándote unas cervezas en la playa con dos guiris que pasaban por allí. Para eso solo necesitas un bañador (y unas cervezas).
Con esto queremos decir que pienses de forma realista: adapta tu ropa a los planes que tengas y al clima del destino al que vayas y no cargues con más cosas de la cuenta. Tu espalda lo agradecerá.
…pero solo a veces
Hay situaciones en las que agradecemos haber echado en la maleta unas cuantas pastillas de paracetamol, un bote de desinfectante, crema antimosquitos o cualquiera de esas cosas que te sacan de un apuro, especialmente útiles en países donde no hablas el idioma o tienes dificultad para acceder a ellas de forma rápida. Llevar un pequeño botiquín os ahorrará tiempo y disgustos en caso de sufrir algún imprevisto que sea solucionable sin tener que pasar por el hospital.

Fotografía: DLG Images
Insistimos en que sea pequeño: lleva lo justo para sacarte del apuro en situaciones inesperadas, no medicación suficiente como para hacerte un trasplante de pulmón.
Lo que metas en el botiquín depende, obviamente, de dónde viajes. Pero para un viaje estándar, basta con que lleves paracetamol, un poco de algodón y desinfectante, tiritas, algún medicamente antidiarreico y algún antihistamínico.
Lo justo para que no tengas que perder tiempo buscando una farmacia si te encuentras mal.
La lavandería, tu gran aliada
A veces pensamos que para un viaje de 15 días necesitamos 15 conjuntos de ropa diferentes; 15 mudas; 15 pares de calcetines y, en definitiva, cargar con la mitad del armario para tener ropa limpia durante todo el viaje. La realidad es que la mayoría de los hoteles ofrecen servicio de lavandería, y si no, en prácticamente en cualquier ciudad podréis encontrar un local donde lavar y secar la ropa en apenas un rato.

Utilizar la lavandería nos permitirá reducir el equipaje a la mitad (como poco), y disponer de ropa limpia durante todo el viaje.
Aprovecha para hacer la colada las horas muertas en el hotel (por ejemplo, cuando llegues por la tarde después de todo el día haciendo turismo, y antes de salir a cenar).
Invierte en imprescindibles
Hay tres elementos, para nosotros, imprescidibles en cualquier viaje:
El calzado
Si viajas habitualmente, merece la pena que te hagas con unas buenas zapatillas, que sean cómodas, impermeables, transpirables y que te sirvan tanto para caminar por ciudad como para llevarlas en zonas de montaña.

Fotografía: airFreshing
Dómalas bien y ya no podrás vivir sin ellas. Cuando viajamos solemos pasar muchas horas caminando y llevar un calzado cómodo es fundamental para no acabar forrándonos el pie de tiritas o con los pies empapados cuando te cae un chaparrón de esos a lo Show de Truman.
El impermeable
Otra prenda imprescindible prácticamente en cualquier lugar y que ocupa poco espacio en la maleta son los impermeables de bolsillo.

Fotografía: Travis Nep Smith
Busca uno con capucha, de los que tienen bolsillo convertible en bolsa para guardarlo, y a ser posible con algún enganche (para que podáis sujetarlo a un bolso o mochila y llevarlo en todo momento). Son baratos, versátiles (con más o menos capas debajo pueden servir como prenda de abrigo) y te salvan de calarte en más de una ocasión.

Fotografía: Hans Splinter
¿Maleta o mochila?
Depende del viaje y de las condiciones durante el mismo. Nosotros nos gusta utilizar ambas opciones en función del tipo de viaje que vayamos a realizar: si vamos a estar varios días seguidos en un mismo lugar, optamos por maleta. Si vamos a realizar varios desplazamientos dentro de un país o incluso entre varios, preferimos llevar mochila.

Fotografía: george8189
Por supuesto, si viajas a menudo lo primero en lo que debes invertir es en una buena maleta o mochila. En el primer caso, aunque pueda sorprenderte, una maleta de cabina sirve para prácticamente cualquier viaje. Búscala resistente, con buenas ruedas, asa extraíble, bolsillos interiores y no muy llamativa por fuera. Lo importante no es que sea bonita, sino que aguante el trote que le vas a dar.

Fotografía: Melanie Bateman
En el caso de la mochila, escógela acorde a tu forma física y tamaño: con una de 40 litros (60 litros si estás fuerte y no tienes problemas de espalda) tendrás suficiente. Que sea regulable y lleve refuerzos en los lumbares, hombros y cintura también es importante para aguantar bien su peso. Por último, elígela con funda impermeable y reparte bien el peso cuando la estés llenando.

Fotografía: Bernard Goldbach
Haz rulitos
El truco de los rulitos es un viejo conocido para cualquier viajero, y es que no hay mejor forma de guardar la ropa en una maleta: en lugar de doblarla perfectamente estirada, como si fueras a guardarla en el armario de tu casa, enróllala: coge unos vaqueros, pon una pernera contra la otra y enróllalos a lo largo apretando bien en cada vuelta.

Fotografía: Jesús Gorriti
Te quedará un rulito bien majo que cabe en cualquier hueco de la maleta y deja sitio de sobra para llevar otras cosas.
Si lo quieres, déjalo en casa
Aunque no es lo habitual, puede que en una escala de tu vuelo te pierdan la maleta y que no la recuperes; o que tratando de utilizar la lavadora de tu hotel en Japón te equivoques de programa y tu ropa salga de un bonito color rosa.

Antes de guardar una cosa en tu maleta, piensa en el valor que tiene para ti y en cómo te sentirías si la perdieras. Sí, has hecho bien en sacarla ;)
A champú regalado…
Con las restricciones que imponen las compañías aéreas a la hora de llevar líquidos en el equipaje, preparar un neceser que pueda llevarse como equipaje de mano se ha convertido para muchos en un auténtico suplicio.
Para asegurarte de que tu maleta pasa sin problemas el control del aeropuerto, tienes dos opciones: utilizar esos botes transparentes que venden en prácticamente cualquier hipermercado o perfumería, que ya tienen las medidas máximas permitidas y que puedes rellenar con los productos que quieras, o utilizar todas esas muestras de champú, gel y crema que te regalan con las revistas, en las farmacias o en cualquier local donde le eches un poco de morro y las pidas.

La segunda opción implica llevar menos peso y puedes desechar los envases de las muestras cuando los gastes (los botes transparentes tienes que tráertelos de vuelta), por lo que es bastante más cómoda y así aprovechas esas muestras que tienes cogiendo polvo en el baño.
Si no queréis comprar los botes y tampoco tenéis muestras, en los hipermercados podéis haceros con minitallas de champú, gel, crema… con un precio de en torno a 1 € por unidad.
Practica la terapia de choque
Si alguna vez os han perdido la maleta y habéis tenido que sobrevivir sin vuestro equipaje durante unos días, os habréis dado cuenta de que a fin de cuentas, no se necesita tanto para viajar, y si nos olvidamos de algo, seguro que lo podemos comprar al llegar.

Viajar ligero es una de las claves para viajar bien; si aún no lo habéis probado, os recomendamos hacer lo siguiente cuando tengáis un viaje a la vista y estéis haciendo la maleta: pensad en lo que realmente podéis necesitar y obligaros a dejar fuera todo lo demás. Los porsiacasos. Y una vez tengáis hecho el equipaje definitivo, pensad otra vez en 2 ó 3 cosas más que podáis sacar.
Esas últimas cosas que sacaréis serán el hueco donde irán los recuerdos y regalos que traigáis de vuelta. ¡No las echaréis de menos!