Saint Andrews es una de las ciudades escocesas con más atractivos turísticos y una visita obligada para quienes recorren el país.
Aunque nunca hayáis estado en Escocia, puede que os suene Saint Andrews como la cuna mundial del golf (y esto, a priori, quizás no resulte demasiado interesante para nadie, salvo que seas un amante de este deporte).

La catedral de Saint Andrews: el icono
Además, Saint Andrews es famosa por su universidad de prestigio (escenario de algún que otro romance real) y, sobre todo, por su antiquísima catedral (que presumió de ser la mayor de Escocia durante varios siglos), cuyas ruinas se recortan al viento frente a la costa del condado de Fife.
Esta es probablemente la imagen más impresionante de Saint Andrews… pero también la más explotada. Está claro que la catedral y el cementerio que la rodea ejercen una atracción irresistible para quienes viajan a la ciudad.
Saint Andrews, la ciudad de las puertas de colores
Sin embargo, en una reciente visita a Saint Andrews y gracias a un contratiempo con el coche (¡benditos imprevistos!) tuvimos tiempo de sobra para dedicar unas horas a perdernos por el centro histórico, y descubrimos otro Saint Andrews: el de los callejones de casas pequeñas y acogedoras, con fachadas de piedra y llamativas puertas; dos elementos que protagonizan la arquitectura de la mayoría de las viviendas distribuidas en el eje formado entre South Street, Market Street y North Street.

Un Saint Andrews menos histórico, menos monumental… pero con muchísimo encanto.

Así que hoy no vamos a contaros qué ver en Saint Andrews… sino hacia dónde mirar ;)

¿Será que los vecinos de Saint Andrews compiten por ver quién tiene la puerta más bonita?

¿O simplemente es una forma de sobrellevar con alegría esos días grises y lluvioso que tanto abundan en Escocia?


¿Serán estas puertas chillonas un anuncio del hogar confortable y calentito que se esconde detrás de ellas?

Las hay más discretas…

…y las hay nada discretas.

Las hay… sencillas.

…y las hay diferentes al resto.

A veces las vemos dobles…

¡O triples!

Algunas parecen recién pintadas…

Y entre todas ellas, una puerta triste.
